10 años después, lo que BTS ha conseguido es innegable
En este ensayo, el escritor Jae-Ha Kim celebra el décimo aniversario de BTS como grupo analizando los sueños que han alcanzado en nombre de la diáspora coreana.
Ahora que BTS celebra su décimo aniversario, no voy a enumerar todos sus logros. Ocuparía la mayor parte de este espacio. Baste decir que, aunque los críticos y los aficionados pueden discutir sobre los méritos artísticos de otros grupos, es innegable que lo que ha logrado este septeto coreano no tiene parangón. En menos de una década, BTS pasó de ser un grupo desconocido a una de las bandas más famosas del mundo.
Aunque Corea del Sur está legítimamente orgullosa de BTS -iluminando monumentos, rascacielos y puentes a lo largo del río Han con bellos tonos del color púrpura favorito del grupo-, millones de fans de todo el mundo celebran también los 10 años de carrera de BTS.
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Pero para la diáspora coreana y asiática, sobre todo para los adoptados que fueron alejados de su cultura de origen y criados en hogares no asiáticos, el éxito de BTS ha supuesto una puerta de entrada a su herencia, algo que muchos adoptados transraciales me han dicho que no les fue inculcado en sus años de formación.
Después de que BTS se catapultara a la estratosfera de las superestrellas a mediados de 2017, empecé a recibir cientos de correos electrónicos y mensajes de fans de BTS predominantemente nuevos que compartían sus epifanías personales. La mayoría eran escritos por coreanos adoptados que habían sido criados como "blancos". Nunca habían comido kimchi, ya no podían hablar coreano y crecieron en ciudades donde eran las únicas (o una de las pocas) minorías en sus escuelas. Nadie les inculcaba la cultura coreana en su vida cotidiana. Entonces estos adoptados encontraron BTS.
La mayoría apenas conocía Corea o el mundo del espectáculo coreano antes de conocer a BTS. Habían visto al grupo en los American Music Awards, en Saturday Night Live o en The Late Late Show with James Corden, hicieron algunas búsquedas en YouTube y quedaron encantados por su ingenio, humor y talento. Este grupo coreano siempre ha insistido en la importancia del amor propio y el cuidado de uno mismo.
En 2018, Suga le dijo al fandom de BTS, ARMY: "No pierdas peso. Eres perfecta tal y como eres". Mientras tanto, RM habló de la relación simbiótica que BTS tiene con ARMY en su icónico discurso de 2018 en la ONU: "Comenzamos a escuchar historias notables de nuestros fans de todo el mundo sobre cómo nuestro mensaje los ayudó a superar sus dificultades en la vida y comenzar a amarse a sí mismos. Esas historias nos recuerdan constantemente nuestra responsabilidad." Y en 2020, Jimin recordó a sus fans que nunca están solos, porque "hay una persona aquí en Corea, en la ciudad de Seúl, que te entiende". Se podría argumentar que son perogrulladas que no significan nada. Pero estos mensajes de aceptación están en consonancia con las canciones del grupo sobre la aceptación de la individualidad y, lo que es igual de importante, la superación de las expectativas que la sociedad ha fijado para los jóvenes. BTS se ve a sí mismo como un ser humano imperfecto que aprende continuamente más sobre sí mismo y sobre el mundo en que vive. No van a juzgar a sus fans por hacer lo mismo.
Una coreana adoptada me envió un largo correo electrónico para contarme cómo BTS le ayudó a darse cuenta de lo que le faltaba en la vida: esa parte de su identidad de la que no sabía nada. Escribió: "No tenía ni idea de lo que significaba ser coreana. Pero cuando vi la actuación de BTS en los American Music Awards, me di cuenta y se me saltaron las lágrimas. Me di cuenta de que había estado ignorando esta parte de mí durante demasiado tiempo. Me sentí culpable, triste, emocionada y feliz. Qué irónico fue ver por fin mis raíces tan ampliamente acogidas por la cultura estadounidense, antes de haberlas acogido yo misma".
Más tarde, me escribió emocionada; estaba planeando su primer viaje de vuelta a Corea del Sur y me dijo que BTS había desempeñado un papel importante en esta decisión, no porque quisiera conocer al grupo, sino porque le habían dado el valor y el deseo de buscar su cultura natal.
Cuando BTS lanzó su álbum debut 2 Cool 4 Skool el 12 de junio de 2013, nunca imaginé que esta boy band se convertiría en una sensación internacional. Para ser sincero, no sabía que serían capaces de sobrevivir en este mundo de la música tan despiadado. En retrospectiva, está claro que tenían un plan desde el principio. Su música no es una colección desordenada de canciones destinadas a ser escuchadas y olvidadas. Más bien, sentaron las bases de lo que estaba por venir.
A nivel personal, nunca pensé que en mi vida habría alguien de la magnitud de BTS que tuviera este impacto mundial. Ni siquiera yo, en mi época universitaria, imaginaba que un grupo coreano encabezaría conciertos en estadios de todo el mundo con entradas agotadas. Por supuesto, por aquel entonces existían artistas coreanos y asiáticos de talento, pero a nadie en nuestro nuevo país le importaban. ¿Creíamos que los países de fuera de Asia los acogerían? No. ¿Por qué íbamos a hacerlo si veíamos la actitud despectiva de los occidentales hacia los asiáticos en general?
Para muchos de nosotros, BTS es literalmente un sueño hecho realidad. La celebración de su décimo aniversario también es nuestra, porque su éxito es un testimonio de verdad y supervivencia. Y nos da esperanza.
Nunca fue tarea de BTS llenar un vacío para quienes crecimos sin vernos representados en la cultura pop. Pero al ser tan buenos en lo que hacen que no podían ser ignorados, llegaron a la cima y nos llevaron con ellos.
