Cómo es cumplir años el 11-S
Publicado originalmente en 2020
El 11 de septiembre es un día que todos los estadounidenses reconocen. Desde los especiales anuales de noticias en televisión hasta los relatos de primera mano leídos en la escuela, hay constantes recordatorios de aquel fatídico día. Crecí como muchos otros niños nacidos a principios de la década de 2000. Nos enterábamos de las distintas tragedias que les ocurrían a las personas ese día, que contribuían a una tragedia mayor que afectaba a todos los estadounidenses. Cuando la gente me pregunta cuándo es mi cumpleaños, responden de dos maneras: actúan como si fuera normal e intentan mantener una cara seria sin mostrar lástima, o lo afrontan de frente y expresan sus condolencias como si hubiera perdido a alguien en el suceso. Siempre espero a ver qué reacción dan, lo que me lleva a echar un vistazo a su personalidad. Al menos sirve para iniciar una conversación.
En primer curso teníamos la tarea de ir a casa e investigar algo que hubiera ocurrido el día de nuestro cumpleaños. Como yo era una niña de 7 años que ignoraba bastante los acontecimientos reales de ese día, sólo pensaba que era un "mal día". Volví a casa muy emocionada para ver si encontraba algo bueno que hubiera pasado en mi cumpleaños. Le pedí a mi madre que me ayudara, y ella se mostró claramente reacia a la tarea. No obstante, accedió a investigarlo conmigo. Esperaba tener que revisar un montón de artículos sobre el 11-S, pero pensó que seguramente encontraríamos algo positivo. Sin embargo, aparte de varias celebridades que nacieron ese día, no encontramos nada. Me eché a llorar y le pregunté por qué no encontrábamos nada.
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En quinto curso fuimos de excursión a Washington D.C. Me hacía mucha ilusión ver la Casa Blanca, todos los monumentos famosos y, sobre todo, el Smithsonian. Cuando llegamos al Newseum, me entusiasmó ver la exposición de una redacción real y otros objetos que allí se guardaban. Sin embargo, la visita se ensombreció cuando pasamos treinta minutos del recorrido en la exposición sobre el 11-S. Las paredes estaban cubiertas de los titulares originales del acontecimiento de aquel día. También había un trozo de una de las torres colocado en el centro a varios pisos de altura. Empecé a enfadarme y se lo conté a mi madre. Preguntó al guía y a los profesores si podíamos ir a otro sitio para que yo no tuviera que aguantar tanto como los demás. Nunca me ha ocultado nada, pero yo ya conocía muchos de los detalles y ella pensó que, si podía, también podía salvar el día de las maravillas en Washington. Me había enseñado películas, documentales y cortometrajes para que estuviera informada de que no era un "mal día" porque sí.
En séptimo curso, vimos en directo a personas afectadas por el 11-S dando discursos en Washington D.C. Recuerdo que intenté contener las lágrimas cuando finalmente rompí a llorar y corrí al baño. Una de mis amigas del curso superior entró en el baño y me preguntó si estaba bien. Me creyó cuando le dije que tenía mucha alergia y me dejó en paz, a pesar de que nunca he tenido alergias estacionales. Ese día me di cuenta de lo desafortunado que era llorar el día de mi cumpleaños. Me di cuenta de que probablemente lloraría en todos los cumpleaños posteriores. Ya había llorado antes en mi cumpleaños por la misma razón, pero nunca había pensado realmente en el hecho de que tendría que lidiar con esto el resto de mi vida.
Me gustaría que te fijaras, tú mismo, en ese día escuchando historias en la radio o investigando la cobertura de las noticias. Luego, me gustaría que imaginara que era su cumpleaños. Me siento privado de lo que los cumpleaños deben ser: días en los que puedes ser completamente narcisista y hacer que todo gire a tu alrededor. Sin embargo, siempre siento la obligación de no centrarlo en mí. Siento la obligación de hacer que se trate de cualquier cosa menos de mí. Mi cumpleaños es un día en el que millones de personas sufrieron la devastación causada por fuerzas externas a nuestra patria. Mi cumpleaños es un día en el que hermanos perdieron a hermanas y hermanas perdieron a hermanos. Mi cumpleaños es un día anual de arriado de bandera y oración en toda la nación. Mi cumpleaños es un recordatorio del desastre, la pérdida y la desesperanza.
Con este artículo no pretendo dar pena. Está claro que los hechos y las historias reales que sucedieron aquel día fueron mucho peores que todo lo que me ha afectado a mí. Todo el mundo debería saber lo que ocurrió, por qué ocurrió y cómo evitar que vuelva a ocurrir. En cierto modo, estoy agradecido de que sea mi cumpleaños porque me asienta en la realidad. Es un recordatorio anual de que si queremos que este mundo sea un lugar mejor, empieza aquí mismo, en casa. Es duro, y a veces he faltado a clase el día de mi cumpleaños para evadirme. Por suerte, mis amigos y mi familia son increíblemente comprensivos e intentan que sea lo más feliz posible. Escribo esto para explicar mi experiencia y reconocer un fenómeno anual en ese día además del que todos conocemos. Si alguna vez conoces a alguien que haya nacido el 11-S, lo único que queremos de ti es un deseo de feliz cumpleaños y una sonrisa. Cualquier pequeño momento de positividad en ese día ilumina nuestro día para que sea más brillante que el anterior. Aspiro a que cada cumpleaños sea mejor que el anterior. Intento inyectarle toda la positividad que las leyes de la física pueden otorgar. Después de todo, espero vivirlo durante mucho tiempo.