¿Cómo evitar que nos molesten las sandalias?
Que nos molesten las sandalias es todo un clásico del verano. ¿Qué hacer para evitar las rozaduras?
A todas nos gusta sacar nuestros pies en verano y que les de el aire. Hay tanto modelos distintos de sandalias, ¡que nos encantaría probarlas todas! Sin embargo, cuando te pones tus sandalias nuevas, tus pies llegan a casa como si hubieran sido pisoteados durante todo el día. Te contamos por qué ocurre esto y cómo evitarlo.
No elegimos el modelo adecuado. Cuando compres unas sandalias, no solo debes fijarte en su color y en lo bonitas que son, hay varias cosas que tenemos que tener en cuenta si queremos que también sean cómodas. Por ejemplo, que su suela sea flexible, que tengan unos 2 o 3 centímetros de tacón y que sujeten bien el pie para que este no se deslice con el sudor.
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Mira en el interior. Además de asegurarte que son bonitas por fuera, echa un vistazo a su interior. ¿Tiene costuras? ¿Algún saliente que pueda rozarte? ¿Cuál es su material?
Que sea de calidad. No te estamos diciendo que tengas que comprar las sandalias más caras de la tienda, pero sí debes asegurarte un mínimo de calidad en su material. A veces, estos zapatos están fabricados de materiales que no transpiran y hace que el piel sude aún más y se produzcan las incómodas rozaduras.
El número. Aunque esto parezca algo evidente, no está de más recordar lo importante que es comprar nuestro número exacto. Medio número arriba o abajo pueden convertir unas sandalias perfectas en el calzado más incómodo del mundo.
Elige bien tus sandalias, evita las rozaduras, ¡y presume de pies perfectos!
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