Crítica de Baby Driver

Un conductor de huida vuela por las calles de Atlanta después de que su equipo acabe de completar un atraco a un banco, evadiendo a la policía por todas partes. Hay mucha acción mientras vuela a la deriva por la ciudad y pasa por muchos apuros. Le persiguen helicópteros, encuentra dos coches idénticos al suyo en la carretera y, al pasar por debajo de un paso elevado, cambia de sitio con uno de ellos para escapar. Esta es sólo la escena inicial de la increíble película conocida como Baby Driver. Esta película está llena de atracos, persecuciones, tiroteos, amor y mucho más. La película está muy bien pensada, ya que siempre te mantiene al borde de tu asiento esperando lo que vendrá después.

La trama principal trata de un chico (Baby) que roba un coche a alguien (Doc) y para pagar la deuda del coche, hace una serie de atracos para el tipo al que robó como conductor de huida. De niño tuvo un accidente que hace que no paren de pitarle los oídos, así que para taponarlo siempre lleva música en los auriculares. Con esto, viene una banda sonora increíble para la película, con canciones como Tequila, y Bellbottoms siempre te mantiene enganchado.

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Baby suele llevar gafas, lo que a veces le da un toque cómico, pero también hace que el personaje sea un poco más siniestro. También hay muchas piezas ocultas de presagios y otros huevos de Pascua. He visto esta película varias veces y cada vez encuentro algo nuevo. Es una de mis películas favoritas desde hace mucho tiempo y la calificaría con 5 estrellas, recomiendo verla.