Cuando el aliento se convierte en aire - Paul Kalanithi
Cuando el aliento se convierte en aire es un libro de memorias desgarrador escrito por Paul Kalanithi, un neurocirujano al que diagnostican un cáncer de pulmón terminal a los 36 años, cuando está a punto de terminar sus 11 años de formación médica. En la primera mitad, se convierte en un médico dedicado a salvar la vida de los demás y a la neurología, mientras que en la última mitad, su personaje se transforma en un paciente que lucha contra el cáncer y se enfrenta a la muerte. Muchas ideas profundas están presentes en estas memorias, como el tema de enfrentarse a la muerte y alterar las perspectivas.
Como estudiante de medicina y residente, Kalanithi trata constantemente con la muerte. Pronto se insensibiliza a los cadáveres después de todas las lecciones diseccionando cadáveres y experimentando el fallecimiento de sus pacientes cuando las cirugías u otros tratamientos son ineficaces. Aparte de su trabajo, Kalanithi también percibe con frecuencia la muerte en su entorno. Su antiguo amigo de la facultad de medicina muere en un accidente de coche; su otro amigo y colega, Jeff, se suicida tras perder a un paciente; a su colega, V, le diagnostican cáncer de páncreas. Aunque V se ha curado, el potencial y la realidad de la muerte se agudizan tanto para V como para las personas que trabajan con él.
Kalanithi expresa que "la muerte nos llega a todos. Para nosotros, para nuestros pacientes: es nuestro destino como organismos vivos, que respiran y metabolizan. La mayoría de las vidas se viven con pasividad hacia la muerte: es algo que te ocurre a ti y a los que te rodean" Esta cita indica que es muy consciente de que todo el mundo acabará muriendo algún día, y que está constantemente en contacto con la muerte, aunque le sigue pareciendo algo bastante abstracto. Se había preparado para ser neurocirujano durante una década de su vida, y tenía todos esos ambiciosos planes bajo el supuesto inconsciente de la longevidad, como cualquier persona corriente. En el momento en que sabe con certeza que tiene cáncer, la muerte es una realidad más concreta; sabe con certeza que no le queda mucho tiempo dentro de la considerablemente corta esperanza de vida de un ser humano. Tras conocer la noticia, se siente desdichado porque todas sus ambiciones y planes de futuro se rompen en pedazos.
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El papel de Kalanithi cambia por completo tras su diagnóstico. Como médico experto en el campo de la neurología, intenta por todos los medios salvar a los pacientes de la guadaña del demonio, y ayudar a los pacientes que se enfrentan cara a cara con su propia muerte a aceptar la realidad y darles atisbos de esperanza para mantener el estado físico y mental de los pacientes en un nivel decente y saludable. Sin embargo, se transforma en un paciente que se acerca a la muerte, lo que le crea cierto conflicto mental; conoce demasiado bien las palabras de su médico, ya que antes decía cosas parecidas a sus pacientes. Sabe que no conocer las estadísticas aproximadas sobre el tiempo que le queda le aportaría optimismo y esperanza, lo que afectaría positivamente a su recuperación. Aún así, sabe que esto no es más que una ilusión para que el paciente se confíe, y cree que su papel de médico debería permitirle tener pleno conocimiento sobre su salud. Sin saber cuánto tiempo le queda, no puede hacerse una idea de lo que le gustaría hacer o podría conseguir. Dentro de esta escala de tiempo desconocida, no sabe qué tipo de proyecto podría terminar. No puede decidir qué plan llevar a cabo, ya que considera que "si tuviera dos años, escribiría. Si tuviera diez, volvería a la cirugía y a la ciencia'. Desea fervientemente que su papel de médico pudiera desempeñar algunos de sus privilegios, pero la parte conflictiva es que ahora adopta el papel de paciente, no el de cirujano.
Kalanithi afirma que "el hecho de morir es inquietante, pero no hay otra forma de vivir", lo que da una idea de su actitud ante la muerte, que es aceptarla. La lección que comprende durante los últimos periodos de su vida es que debe disfrutar del presente y perseguir lo que considere significativo. Así que decide escribir estas memorias para dejar constancia de su existencia a su hija, para exponer sus reflexiones sobre su propia vida y para dejar un legado a través del cual pueda influir positivamente en el mundo una vez que se haya ido, lo cual es ciertamente convincente.