¿Debemos abandonar todo lo que no nos da alegría?
Ahora, si no has escuchado esta frase al menos una vez en tu vida, te garantizo que lo harás. Algunas personas ni siquiera tienen que oírla, viven según ella por naturaleza. A primera vista, parece una ideología infalible que conduciría a una cosa que todos deseamos inevitablemente: la felicidad. A ciertos niveles, esta mentalidad es buena para vivir. Eliminas todo lo que no te conviene y ahorras mucha energía. Además, ganas más respeto por ti mismo al darte cuenta de que te mereces algo mejor y te pones a ti mismo como máxima prioridad. Pero de lo que no se dan cuenta todas estas personas que constantemente impulsan esta idea, es que cuando no tienes el equilibrio adecuado y empiezas a aplicar esta frase a todo, puede hacer mucho más daño de lo que esperas.
"¡No estoy huyendo! Primero cuido de mí mismo".A todos nos gusta creer que cada paso que damos es en nuestro propio beneficio. Marchamos al compás de nuestro tambor, aunque ese compás nos lleve constantemente a un precipicio; y cuando llegamos a ese borde, una de dos: o te caes o alguien nos atrapa justo a tiempo. Ya sea uno mismo u otra persona. Mucha gente se conduce inconscientemente a este borde recubriendo la ideología mencionada para que se ajuste a sus circunstancias, utilizándola como tapadera para acciones que normalmente no se aprueban. Por ejemplo, si alguien tiene problemas con su familia, puede decir "voy a cortar todo contacto con ellos porque ya no me dan alegría". Ahora bien, en algunos casos muy extremos, como el maltrato, esto es completamente válido e incluso la opción principal. Sin embargo, cuando aplicas esto en una situación en la que alguien acaba de empezar a experimentar muchos problemas con su familia, entonces esto es huir y, siento decirlo, tomar el camino fácil. Cuando cortas por completo los lazos con alguien, te niegas activamente a que te contacten y a que te tiendan la mano. Esto puede ser muy peligroso, sobre todo si alguien está en peligro y tú eres una de las personas que podría ayudarle. Olvídate de que son miembros de tu familia y de todos los momentos en los que te hicieron enfadar sólo durante unos minutos y recuerda: son seres humanos igual que tú antes de que fueran miembros de tu familia.
"¿Cómo puedo encontrar un equilibrio?"Siguiendo con el ejemplo anterior, permíteme aclararte cómo puedes encontrar un equilibrio y poner "dejarlo" como último recurso. Rebobinemos primero hasta cuándo empezó aproximadamente el problema, o cuándo dejó de darte alegría. Fíjate en los factores internos y externos. ¿Dejaste de pasar tiempo con ellos? ¿Hubo algún problema anterior que no resolvisteis hace mucho tiempo y que hizo que volviera a surgir? Puede haber tantas cosas que pasemos por alto en el momento, que luego desearíamos habernos dado cuenta. En resumen: encuentra la raíz de por qué dejó de hacerte feliz/cuándo empezó a molestarte. En segundo lugar, empieza a buscar formas de resolver la causa. Puedes probar una solución pensada por ti mismo, pedir consejo a un amigo o a un profesional, o incluso buscar soluciones en Internet. Pero no te detengas tras uno o dos intentos. El mundo, por desgracia, no es tan sencillo como para darnos todo lo que queremos de inmediato. Pero no te preocupes, eso sólo hace que el resultado final sea mucho más gratificante. Por último, si todas estas soluciones parecen no funcionar y te encuentras ante un grueso muro de ladrillo, puedes simplemente dejarlo pasar. Sin embargo, si es posible, mantén la mente abierta.
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Hay muchas opiniones. Algunos dicen que puede provenir del desagradecimiento, otros dicen que la gente hoy en día tiene tantas cosas que no les aportan alegría, por lo que se vuelve abrumadora, y la única solución que ven viable es desprenderse de todo. Personalmente, estaría de acuerdo con ambas, dependiendo de la situación y de dicha persona. Una respuesta muy básica lo sé, pero es cierto, simplemente no puedo poner una respuesta fija sobre esto cuando el tema es tan amplio y la gente todavía está completando estudios sobre ello. Lo que sí puedo decir es que a veces puede provenir del desagradecimiento, porque no todo el mundo es capaz de valorar realmente lo que tiene, lo da por sentado. Como dice el conocido refrán, "no sabes el verdadero valor de algo hasta que ya no lo tienes". Tómate un minuto y piensa en tu vida por completo. Empieza a imaginar cómo sería tu vida si no tuvieras ciertas cosas. Y si te sientes con mucha energía, haz un experimento práctico. Por otro lado, también puedo decir que se debe a que últimamente la gente parece tener muchas cosas que la hacen desgraciada, por lo que cree que la mejor solución es hacer una "limpieza de primavera jumbo". Utilicemos una analogía. Tu habitación está hecha un desastre. Hay tantas cosas tiradas que ya ni siquiera puedes ver el suelo. Te molesta, te reconcome tanto que no puedes hacer nada en tu vida. Así que decides limpiar. Pero quieres hacerlo de una manera fácil y que "ahorre tiempo", lo que te lleva simplemente a recogerlo todo del suelo y tirarlo al cubo de basura más cercano. ¿Sirve para que tu habitación vuelva a estar bonita y ordenada? Por supuesto que sí. Sin embargo, si pasas un par de semanas, puede que te des cuenta de que has tirado algo muy importante. Esto no habría ocurrido si te hubieras tomado el tiempo necesario para revisar todo lo que hay en tu habitación y decidir con cuidado qué cosas merece la pena conservar y cuáles no.
En conclusión, te mereces darte satisfacciones. Pero ten cuidado con las cosas que tiras. Puede que ahora sean un gran dolor, pero quién sabe, quizá más adelante sean la razón de tu éxito y tu felicidad. Tómate un respiro y evalúa adecuadamente tu entorno.