El segundo tema del dilema ético del ser humano: la inteligencia artificial

El segundo tema del dilema ético del ser humano: la inteligencia artificial

La IA (Inteligencia Artificial) está demostrando progresivamente su rápido avance y dominio al superar a los humanos en juegos intelectuales como el ajedrez, el Go y el reino del arte. Las afirmaciones, antaño descaradas, de que la IA no puede superar a los humanos en los campos mencionados parecen ahora exageradas, lo que está haciendo temer a la gente de la civilización humana sobre la cuestión de si la IA es beneficiosa o destructiva. Tal vez sea prematuro responder a esa cuestión, porque el desarrollo y el impacto de la IA -si tiene efectos positivos o negativos- no se pueden presenciar ahora. Sin embargo, de lo que estoy seguro es de que nuestras acciones de hoy definirán nuestro futuro.

Por primera vez en la historia de la humanidad, existe un tipo único de herramienta, que es la IA, que tiene la capacidad de aprender de la información disponible (Aprendizaje Profundo), estudiar a partir de su propia experiencia (Aprendizaje Automático), y saber analizar y sacar conclusiones de los resultados por sí misma (Inteligencia Artificial). Con la capacidad de autoestudio, autodesarrollo y autojuicio, la IA avanza hacia una inteligencia superior y actualmente es capaz de escribir texto, crear imágenes, escribir código, crear música, imitar profundamente las voces e imágenes de otras personas, identificar fallos tanto en el código informático como en los contratos legales y entablar relaciones estrechas e íntimas con las personas.

Inventar una IA que pueda analizar y procesar datos mejor que los humanos en algunos campos específicos es siempre un objetivo de la humanidad. Por lo tanto, se reducirán los errores humanos que resultan del conocimiento limitado o de las influencias de las emociones y los sentimientos en las acciones de cada individuo. Según las investigaciones sobre filtraciones de datos de Verizon en 2022, afirmaron que el 82% de los 23.000 incidentes cibernéticos globales analizados fueron causados por errores humanos, y es probable que las implicaciones de la IA eviten accidentes imprevisibles mejor que los humanos.

Sin embargo, la IA sigue siendo sólo inteligencia artificial, a pesar de tener una inteligencia sobrehumana, y seguirá estando influida por diversos factores hechos por los humanos. Los humanos, sin embargo, no están "programados" para actuar siempre moralmente, lo que siempre ha planteado varias amenazas a la sociedad. Veamos el escenario ético ficticio que propuse para la IA: Un señor ordena a su IA que utilice una cantidad importante de información sobre otras personas con fines ilegales. ¿Será capaz una IA automática de identificar esto como un acto delictivo? ¿Podrá la IA superar el obstáculo de una secuencia de demandas procedentes directamente de su dueño? Alternativamente, ¿se diseñará la IA para priorizar entre la humanidad y la moralidad? Cada enfoque de programación tendrá diversas repercusiones negativas y ventajas. Si la IA sigue principios éticos, aumentará la capacidad de desafiar a sus dueños y a la humanidad en general. Si la IA obedece a su amo, se convertirá en una herramienta al servicio del mal.

En conclusión, cada iniciativa tecnológica tiene sus propios peligros y beneficios, y la IA no es una excepción. Dependiendo de cómo los humanos decidan utilizarla y de cómo se utilice la IA, esta tecnología hará avanzar considerablemente a la humanidad o nos sumirá en las profundidades de las pesadillas. El mayor reto al que se enfrentan ahora los individuos es determinar qué necesitan de la IA y a qué barreras sociales se enfrentarán en el futuro. Se recomienda que los gobiernos de todo el mundo actúen ya para garantizar un futuro seguro de la IA, colaborando con científicos sociales y tecnólogos para investigar los peligros que la IA puede suponer para la humanidad.

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