En "Las chicas están bien", el debut de Itsaso Arana como directora, las actrices se adueñan de la película



	
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La española Itsaso Arana demuestra que "las chicas están bien" con su debut como directora, que compite por el Globo de Cristal en el Festival de Cine de Karlovy Vary.

Conocida por el público del festival gracias a "Virgen de agosto", de Jonás Trueba, que también coescribió, actualmente prepara su próximo proyecto, cuyo rodaje está previsto para otoño.

"Esa experiencia, así como sus otras películas que he protagonizado, han sido profundamente significativas en mi vida. Jonás es una gran inspiración", dice Arana. Pero tras años de colaboraciones, por satisfactorias que sean, está dispuesta a aventurarse por su cuenta.

"Siempre he creado colectivamente o en sociedad, y necesitaba demostrarme a mí misma que era capaz de liderar un proyecto. Para bien o para mal, es mío", dice, y califica el proceso de "sanador".

"Siento que actuar, escribir y dirigir, al menos tal y como yo lo experimento, forman parte de lo mismo. Son todas formas de expresión que necesito, que dan sentido a mi vida. Y de eso se trata nuestro tiempo aquí, ¿no?".

Arana, que pasó su carrera navegando entre el cine y el teatro, decidió combinar ambos también en la película. Muestra a un grupo de mujeres (Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itziar Manero, Helena Ezquerro y la propia Arana) que se dirigen a una remota casa en el campo para ensayar una obra y desafían el calor con sus elaborados trajes.

"Llevo más de la mitad de mi vida dedicándome a ello, pero la interpretación sigue siendo uno de los trabajos más fascinantes y misteriosos que conozco. Me interesaba compartir esos conocimientos y mis preguntas [al respecto] con otras actrices", afirma.

En su "película de verano" -producida por Los ilusos films y vendida por Bendita Film Sales- trabajan juntos pero también comparten historias personales.

"Lo que nos asusta, lo que nos avergüenza o lo que nos hace dudar de nosotros mismos es lo más valioso que tenemos, siempre que nos sintamos escuchados. Esa es precisamente la dinámica que me interesaba, una en la que la fuerza renovada procede directamente de su fragilidad compartida."

También juega con el propio medio, ya que su reparto rompe la cuarta pared mirando directamente a la cámara: "Era esencial que las actrices se adueñaran de la película", dice, "creo que no rompe la ilusión. En realidad, renueva ese 'pacto' entre el cine y el espectador. Además, las actrices vivimos constantemente entre la realidad y la ficción. Tenemos un sentido muy fuerte de mirarnos desde fuera".

¿Es un buen momento para las historias sobre mujeres, hechas por mujeres? Arana espera que sí.

"No cabe duda de que esta nueva conciencia de lo femenino ha despertado al mundo, pero no debemos dar un paso atrás", afirma. Subraya que es crucial mostrar relaciones femeninas basadas en la amistad y la confianza mutua, no en el conflicto.

"Es un tesoro tener una buena amiga, tener una hermana. Las actrices -y las mujeres en general- hemos estado completamente esclavizadas por la mirada masculina, una mirada que nos hizo creer que debíamos competir entre nosotras. Dejemos de creernos ese cuento".

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