George Santos sigue contando cuentos, esta vez sobre secuestros
El congresista George Santos no puede parar, no dejará de mentir.
A principios de este mes, el representante de Nueva York añadió 10 cargos penales a los 13 que se le imputaban originalmente en mayo. Los fiscales federales le acusan de haber robado la identidad de donantes, utilizado sus tarjetas de crédito para hacer cargos por valor de más de 44.000 dólares y transferido parte del dinero a su cuenta bancaria personal y a las arcas de su campaña. Santos se enfrenta a la posibilidad real de ir a la cárcel -si es declarado culpable, un mínimo de dos años por robo de identidad con agravantes y un máximo de 20 años por los demás cargos- y a la posibilidad igualmente real de perder su escaño en la Cámara. Eso, si antes no es expulsado por sus propios colegas.
Obviamente, es mucho trabajo, pero ¿está Santos dejando que el estrés le impida hacer lo que más le gusta, es decir, contar mentiras absurdas por deporte? Pues no.
George Santos está detenido tras ser acusado de 13 delitos
Adiós, George Santos, espero que los mocasines de Ferragamo hayan valido la pena.
Santos, en declaraciones a The New York Times, afirmó que tenía una "historia de la que nadie habla", que su sobrina fue secuestrada, probablemente en represalia por sus comentarios públicos sobre el Partido Comunista Chino. "¿Cree que fue China?", le preguntó la reportera Grace Ashford, tratando de pillarle. "Mire, no quiero entrar en teorías conspirativas", dijo él. "Pero ya sabes, si el zapato encaja, ¿no?".
Según Ashford, posteriormente se puso en contacto con un miembro de alto rango de las fuerzas de seguridad, que le dijo que el asunto había sido investigado y que no había pruebas de ningún secuestro, ni de ninguna conexión con el Partido Comunista Chino. "No hemos encontrado nada que sugiera que sea cierto", dijo el funcionario a Ashford. "Yo me inclinaría por 'se lo ha inventado'".
"Se lo ha inventado" es, por supuesto, una frase que podría aplicarse a una gran cantidad de afirmaciones de George Santos, desde las de que trabajó en Citigroup y Goldman Sachs hasta las de que tiene abuelos que huyeron del Holocausto y una madre que estuvo en la Torre Sur el 11-S.
Son esas mentiras (y todas las demás), además de las acusaciones penales reales (que él insiste en que no cometió), las que han llevado a varios de sus colegas del GOP a anunciar que presentarán una resolución para expulsarle de la Cámara. ¿Y si eso no funciona? Como informó Politico el martes, entre republicanos y demócratas, hay unos 30 candidatos que aspiran a su escaño. Así es, amigos: ¡todavía se presenta!
Este artículo apareció originalmente en Vanity Fair.