La costa central: Género, clase y el sueño americano

La costa central: Género, clase y el sueño americano

La novela de Adam White The Midcoast detalla el ascenso socioeconómico de los Thatch, una familia de pescadores de langostas de Damariscotta, una pequeña ciudad de la costa central de Maine. Supuestamente por puro esfuerzo, Ed y Steph Thatch se convierten rápidamente en una de las familias más ricas y poderosas de Damariscotta. Sin embargo, tras el glamour de sus diversas fincas y fiestas se esconden los negocios ilegales con drogas que constituyen la fuente de sus ingresos.

La saga de las Thatches se entrelaza con retratos de la dinámica de género, la clase social y la movilidad ascendente encarnada por el sueño americano. La búsqueda del progreso socioeconómico por parte de Steph desafía la norma de género que restringe a las mujeres a la esfera doméstica. A través de Steph, White presenta la posibilidad de romper las normas de género mediante el esfuerzo personal.

La visita de Steph al Amherst College inicia su deseo de progresar. Se da cuenta de que, mientras los estudiantes de Amherst con los que se encuentra son libres de "ir a clase sólo para aprender cosas", ella está atada a Ed y a sus hijos. Al darse cuenta de este contraste, siembra en su interior una "pequeña semilla de ira" que acaba madurando hasta convertirse en su rebelión contra las expectativas sociales: "sus ramas invadieron cada parte de ella y Steph se sintió rígida en rebelión contra la vida que había hecho para sí misma" Su creciente deseo de cambio la lleva a reanudar su educación truncada. Va a la biblioteca y empieza a "sacar todo tipo de libros", pero al darse cuenta de que "la lectura empezaba a parecer inútil y dispersa", Steph busca la admisión en la universidad. Cuando la aceptan, "transfiere toda esa intensidad de los libros de la biblioteca a los libros de texto", y Stephanie, que antes era ajena a la educación, ve cada vez más el proceso como una liberación estructural de las limitaciones de su vida. Su deseo de ser como los estudiantes de Amherst y perseguir sus curiosidades intelectuales crece. A través de la evolución de la relación de Stephanie con ella, White presenta la educación como una forma de liberar la mente. Con el conocimiento, el limitado paisaje de Maine se amplía y, con él, se expande también la esfera de la feminidad en la sociedad.

La insatisfacción constante de Steph con el statu quo la lleva a perseguir tareas más desafiantes. Al graduarse en la universidad, es elegida para el cargo de administradora municipal e "inmediatamente se pone a trabajar para mejorar Damariscotta", lo que acentúa su inquietud por progresar. En lugar de conformarse con el statu quo, Steph impulsa cambios para ampliar el potencial de Damariscotta. Cuando los planes de reforma se estancan, intenta cooptar a otros residentes. Ofrece a Cammie, su amiga del instituto, un descuento en el alquiler de la casa que Ed compró a cambio de su apoyo a Steph en las reuniones municipales. La observación de Cammie - "No creo que comprendiera del todo lo poderosa que se había vuelto Steph"- ilustra el marcado contraste entre el pasado de pobreza de Steph y su actual prominencia social. Impulsada por su ambición, Steph se catapulta hacia el éxito.

Más allá de alcanzar el éxito personal, Steph trabaja para lograr cambios en su entorno. Se convierte en "uno de los miembros más ruidosos de las reuniones municipales de Damariscotta", dedicándose a elevar el reconocimiento nacional de la ciudad:

Trabajaba en sus planes para la ciudad por las mañanas, en su despacho, con planos, blocs de notas y papel de dibujo esparcidos a su alrededor como las cartas de un explorador del siglo XV. Redactó un plan para atraer turismo, propietarios de viviendas e ingresos fiscales, y proyectó un nuevo pueblo lleno de servicios modernos y escaparates acogedores, con zonas verdes a un lado y aparcamientos al otro.

Los cálculos de Steph apuntan hacia la consecución de la reforma y el progreso: dar a sus hijos "mejor acceso a la escuela, los deportes, los amigos", ampliar la popularidad de Damariscotta, "soñar con la existencia" de un nuevo mercado agrícola. Su inquietud cultiva su deseo de más, de lo siguiente. Trasladando sus deseos a la acción, Steph se convierte en la mujer más poderosa de Damariscotta. Se llama a sí misma "la alcaldesa", un título que va más allá de su cargo electo. Su sutil cambio de título revela cómo su acceso al poder aumenta su deseo de tenerlo.

Detrás del éxito de Steph está Ed, que se dedica a negocios ilegales de drogas bajo la fachada de un esforzado pescador de langostas. La dinámica entre Steph y Ed invierte la dinámica de género tradicional. Mientras Steph traza las trayectorias futuras de sí misma, su familia y su ciudad, Ed la sigue. Andrew señala que Ed es "un hombre que, por encima de todo, creía en las virtudes de sacrificar su propia seguridad, tal vez incluso su integridad, en aras de mantener a su mujer y a su familia", y se cree responsable de darle a Steph "todo lo que siempre quiso"."En última instancia, los deseos de Steph se convierten en los suyos: "todo lo que Steph realmente quería (que era todo lo que él realmente quería) era un buen lugar donde vivir, comodidad material, estatus" A medida que Steph rompe las entrelazadas limitaciones socioeconómicas y de género que le han sido impuestas, Ed cambia sus objetivos para apoyarla. Vigila a EJ mientras Steph va a la universidad, cambia de pescador de langostas a traficante de drogas para pagar la matrícula de Steph, amplía su negocio de drogas para cumplir la decisión de Steph de tener una casa más grande, y termina abruptamente su negocio cuando "Steph le dice que pare" Los deseos de Steph motivan la vida de Ed.

El viaje de Steph pone a prueba la plausibilidad y el impacto del sueño americano. En mi conversación con Adam White, White habló de las "arraigadas limitaciones socioeconómicas y de género" que dificultan la búsqueda de "la movilidad ascendente del Sueño Americano" La historia de Steph intenta alcanzar el Sueño Americano, pero el techo de cristal le impide adquirir realmente un estatus. Su búsqueda del éxito sirve de paradigma para las personas que intentan alcanzar el Sueño Americano en medio de jerarquías sociales arraigadas.

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