Las citas de los adolescentes no son tan malas como los padres creen

A todos los padres que prohíben a sus hijos adolescentes tener citas, ¿se dan cuenta de que no hacen más que frenar el crecimiento y el desarrollo social de sus hijos?

Se dice que la escuela secundaria es una de las fases más importantes de la vida de una persona y, para muchos, sirve de trampolín entre el reino de la juventud y la dependencia al mundo de la edad adulta y la independencia. Es aquí donde los adolescentes aprenden y desarrollan las habilidades, actitudes y mentalidad que les preparan para el futuro. Es aquí donde se les anima a explorar y practicar activamente nuevas experiencias y habilidades.

Entonces, ¿por qué a algunos adolescentes sus padres les niegan la oportunidad de salir con alguien y de crecer social y maduramente?

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En una encuesta realizada por Atlantis Press en 2019, se revela que el 92,7% de los padres desaconseja o prohíbe a su hijo tener una relación sentimental.

Innumerables adolescentes de todos los orígenes, incluido yo mismo, pueden sentirse identificados con esta afirmación. Muchos adolescentes se han enfrentado a esta antigua regulación por parte de nuestros padres, ya sea restringiéndonos a una edad específica para salir, o simplemente "no salir hasta que te hayas graduado en el instituto". Muchos de nosotros hemos llegado a percibir estas políticas como infundadas y poco razonables. Seguramente se trata de restricciones conjuradas por padres rencorosos, que simplemente pretenden hacernos sufrir.

James Baldwin, un influyente escritor estadounidense, escribe en su artículo Una charla a los profesores: "Los niños, que aún no son conscientes de que es peligroso mirar con demasiada profundidad cualquier cosa, lo miran todo, se miran unos a otros y sacan sus propias conclusiones"; Baldwin afirma aquí que los niños, o los estudiantes, se dejan llevar e invertir con demasiada facilidad por las cosas y las personas que les rodean. Baldwin, y al parecer la mayoría de los padres, creen que las citas sólo sirven para distraer a sus hijos de sus prioridades, académicas o de otro tipo. En la misma encuesta de Atlantis Press, una de las razones aducidas por el 92,7% de los padres que prohibían a sus hijos salir con ellos era que las citas "perturban la concentración para el estudio".

Aunque esta forma de pensar puede haber sido acertada en el pasado, ¿sigue siendo relevante para la actual generación de adolescentes?

En la última década, muchos investigadores, a través de encuestas y estudios, han encontrado pruebas que contradicen la imagen estereotipada de un 'estudiante enamorado que pone las citas por encima de la realidad'. En una encuesta realizada por la empresa de tecnología educativa StudyMode, el 26%, una cuarta parte de la población de la muestra, dijo que "cree que las citas tienen un impacto negativo en sus calificaciones".

El director general de StudyMode, Blaine Vess, afirma: "Nuestros resultados muestran que los estudiantes de hoy en día dan un gran valor a la educación, y que están priorizando sus objetivos educativos por encima de los asuntos del corazón."

Evidentemente, los estudiantes dan prioridad a sus estudios sobre su vida sentimental. Entonces, ¿hay realmente una razón por la que los padres deban disuadir a sus hijos adolescentes de tener citas?

Si tuviéramos que comparar los pros y los contras realistas de las citas entre adolescentes, uno encontraría que los primeros superan ampliamente a los segundos. Este hecho es ampliamente reconocido, incluso por el gobierno australiano. En un informe realizado por el AIHW (Instituto Australiano de Salud y Bienestar), se afirma: "El desarrollo de una relación íntima es una etapa importante del desarrollo durante la adolescencia tardía y la edad adulta temprana".

La experiencia de las citas en sí puede ser el mayor beneficio que un niño puede recibir de las mismas. El mundo de las citas puede introducir a ambas partes en un reino completamente nuevo de sentimientos, lugares y actividades. Es durante esta época cuando los adolescentes tienen la oportunidad de aprender sobre las relaciones románticas de primera mano, en lugar de lo que han visto en las películas o en Internet. Es aquí donde los adolescentes tienen la oportunidad de explorar sus intereses y lo que les gusta en una persona.

En el mismo informe realizado por la AIHW, se afirma: "Las experiencias románticas de los adolescentes también pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de futuras relaciones románticas y matrimoniales".

Los adolescentes tendrán que aprender a "exponerse" expresando su interés romántico a otra persona, arriesgándose a ser rechazados, averiguando cómo ser un compañero de citas y lo que eso significa exactamente. Los adolescentes se verán obligados a aprender nuevas habilidades en los ámbitos de la comunicación, la consideración, el cuidado, la intimidad y la independencia, y a aplicar dichas habilidades con su pareja. Los adolescentes también cometerán inevitablemente errores, pero también aprenderán y crecerán de ellos.

En última instancia, los beneficios e inconvenientes de las citas son subjetivos. Algunas personas se beneficiarían de pasar tiempo con su pareja, mientras que otras podrían sentirse agobiadas por su relación y sufrir por ello. Creo firmemente que los efectos y las consecuencias de una relación romántica pueden ser controlados por las personas que la entablan y, hablando desde la experiencia personal, si las parejas son maduras y capaces de encontrar una manera de equilibrar sus pasiones, actividades, vida amorosa y estudios, las relaciones en el instituto pueden ser beneficiosas para el desarrollo de cualquier adolescente. Las relaciones de pareja no deberían ser un tema tan tabú entre hijos y padres, sino que deberían discutirse abiertamente.

Padres, no frustren el crecimiento y desarrollo social de sus hijos. No le quiten la gran experiencia de aprendizaje que es salir con alguien. Por el contrario, guíen y aconsejen a su hijo en este apasionante y extraño mundo. Por favor.