Lo que realmente hace falta para participar en la NYFW, según un diseñador

Lo que realmente hace falta para participar en la NYFW, según un diseñador

Para un diseñador, presentar su colección durante la Semana de la Moda de Nueva York puede ser un sueño hecho realidad. Pero mientras los editores, las personas influyentes y los fans contemplan la producción terminada y se maravillan con los hermosos looks que desfilan por las pasarelas, lo que no vemos son los meses de preparación necesarios para que todo suceda. Francamente, puede que se deba a que los preparativos de un desfile de moda no siempre son bonitos, asequibles o fáciles: es como la antítesis del glamour que solemos ver.

Derribar esa fachada es exactamente la razón por la que Bach Mai, diseñador afincado en Nueva York y nominado a los premios CFDA 2023, decidió empezar a seguir su viaje en Instagram con una serie "Camino a la pasarela".

En el primer vídeo, que comienza a 32 días del programa, vemos a Mai hablando a la cámara sobre lo que está pasando antes del programa. "Estoy oficialmente flipando", admite en el vídeo. "Básicamente no tenemos ropa, ni tela, y tampoco sé cómo voy a pagarlo todo".

Según un reportaje reciente de Samuel Hine, de GQ, algunos diseñadores, como Peter Do y Hilary Taymour, de Collina Strada, afirman que los desfiles de moda pueden costar entre 300.000 y 500.000 dólares como mínimo. Es la razón por la que muchos diseñadores trabajan con patrocinadores para compensar la producción. Para Mai, que no compartió los costes exactos de producción, la financiación es sin duda parte de la estresante ecuación.

En un vídeo, a dos semanas de la pasarela del 9 de febrero, vemos al diseñador trabajando en el distrito de la confección, mostrando cómo se están confeccionando en el último minuto algunos de los looks finales.

En general, la idea de mostrar el lado más duro de ser un diseñador de moda de gama alta es también poner de relieve que la moda no es todo lo que parece ser, especialmente en el caso de los jóvenes diseñadores que intentan ser innovadores. Bach Mai, por ejemplo, tuvo la mayor diversidad de tallas de todas las pasarelas de Nueva York la temporada pasada. "Creo que todos los jóvenes diseñadores con los que hablo luchan de distintas maneras contra el sistema", nos dice, "contra lo que se espera de nosotros, contra el apoyo que recibimos o contra lo que realmente somos capaces de hacer".

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