Los enfoques del sistema de justicia penal europeo muestran errores en Estados Unidos
Las necesidades de reforma más significativas, y quizá incluso más evidentes, del sistema de justicia penal estadounidense pueden verse en una comparación con el de Europa. Con sus marcados contrastes en sus enfoques del castigo, la sala del tribunal y los procesos de encarcelamiento, los dos sistemas producen resultados completamente diferentes en sus presos liberados y las tasas de delincuencia. Aunque mucha gente en Estados Unidos sigue creyendo que más duro es mejor, los sistemas europeos están demostrando poco a poco que están equivocados con una perspectiva más abierta sobre el encarcelamiento.
El populismo -el reflejo de la voluntad pública en el poder legislativo y las políticas públicas- se aplica continuamente al sistema de justicia penal en Estados Unidos, causando graves efectos negativos. Tras una ola de delincuencia, el poder legislativo reacciona de acuerdo con la mayor hostilidad del público con políticas y acciones más duras para complacer al pueblo y tranquilizarlo. Aunque se sientan cómodos con las políticas aparentemente más estrictas que se establecen, las tasas de encarcelamiento no reflejan su sentimiento con ningún cambio drástico en medio de una legislatura más dura.
La mejor manera de describirlo, en mi opinión, es a través de lo que veo en el instituto cuando nuestras aulas reciben la visita de los jefes de departamento. A modo de aclaración, una o dos veces al año el jefe de cada asignatura del instituto visita cada clase durante la instrucción para evaluar al profesor.
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Igualdad de derechos de voto en el sistema de justicia penal
En cierto modo, es casi adorable: los alumnos eligen comportarse mejor cuando saben que se está calificando a su profesor, como se ha hecho tantas veces antes. Sin embargo, cuando se mira desde más lejos, todo el proceso es tan performativo y manipula todo el propósito de la evaluación.
En lugar de actuar como de costumbre, el profesor será un poco más estricto o dará un poco más de trabajo ese día para que el jefe de departamento se vaya con la confianza de que se está tratando adecuadamente a los alumnos. Es una respuesta humana bastante natural, lo que la hace comprensible, pero refleja muy bien la legislatura populista que se produce tras una ola de crímenes, lo que muestra los problemas de este enfoque. No se está actuando para ayudar a quienes lo necesitan, sino para que quienes están en el poder parezcan mejores ante quienes les observan.
Esto se atribuye en gran medida a algo que sólo recientemente he podido relacionar con todo esto; los EE.UU. tienen funcionarios y jueces elegidos, mientras que en Europa son nombrados. Aunque esto pueda parecer un aspecto aparentemente menor de un sistema mucho más amplio con problemas mucho más acuciantes, esta cualidad de nuestro sistema de justicia penal contribuye a tal deseo de favor público.
Mientras que en Europa las decisiones pueden tomarse sin mucha influencia exterior ni necesidad de apoyo de la opinión pública, en Estados Unidos los funcionarios están preocupados por su reelección. Tienden a ser aún más duros con la delincuencia antes de las elecciones, con lo que el populismo vuelve a entrar en juego, ya que se ayudan a sí mismos perjudicando a los delincuentes y complaciendo al público.
¿Es realmente culpa de estos funcionarios? No, no lo creo. Todo el sistema ha puesto a los funcionarios en esta posición, así que no tienen muchas opciones. A pesar de todo, sigue estando muy mal determinar la vida de alguien para garantizar a otro poder y un medio de vida. El sistema de justicia penal europeo aborda el populismo de una manera que permite menos prejuicios y menos preocupación sobre cuál será el resultado de un castigo justo.
Este planteamiento revela y pone de relieve los problemas de Estados Unidos, donde innumerables presos son condenados injustamente por los funcionarios; se les utiliza como peones en un plan mayor mientras se desprecia su identidad individual y su vida para favorecer la de otros.
