Los organizadores toman un aeropuerto de los Hamptons para protestar contra los jets privados
Mientras en todo el mundo se suceden un calor sin precedentes y una miríada vertiginosa de ejemplos de crisis climática, un grupo de organizaciones comunitarias se asocia con miembros de la Nación Shinnecock y particulares, entre ellos la filántropa Abigail Disney (sí, esa Disney), para cerrar el aeropuerto de East Hampton como parte de un fin de semana de acción. Hoy, New York Communities for Change, Sunrise Movement, Reclaim Our Tomorrow y Disney llevarán a cabo una "desobediencia civil no violenta y un bloqueo del aeropuerto" para "impedir las llegadas y salidas de aviones privados en el aeropuerto con el fin de concienciar sobre las inmensas emisiones de carbono de los viajes aéreos privados".
Los Hamptons son un lujoso lugar de vacaciones en Long Island, al este de Nueva York (los shinnecock son los administradores originales del este de Long Island) y su aeropuerto es frecuentado habitualmente por aviones privados.
Un avión despega del aeropuerto de East Hampton en East Hampton, Nueva York, el 8 de febrero de 2022.
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Jets contra Giants
"Estos mismos ricos que se tiran pedos en los Hamptons en jets privados son a menudo los que ganan su dinero en industrias que aceleran enormemente la crisis climática", afirmó en un comunicado Teddy Ogborn, participante en la acción y organizador de Planet Over Profit. "Mientras el 1% siga envenenando innecesariamente nuestro aire y calentando nuestra tierra, seguiremos intensificando nuestras acciones contra ellos".
A medida que asistimos a los efectos del cambio climático, algunos de los que siguen las noticias han rechazado la narrativa de la responsabilidad personal que a menudo se imputa al individuo medio en favor de criticar la forma desproporcionada en que el 1% contribuye al despilfarro y la contaminación mundiales. Los aviones privados siguen siendo un ejemplo clave. Según un estudio, los aviones privados son entre 5 y 14 veces más contaminantes por pasajero que los vuelos comerciales. El mismo estudio achacaba el 50% de las emisiones de la aviación a sólo el 1% de las personas. Un informe de la Agencia de Protección del Medio Ambiente concluyó que, en 2020, el uso de aviones civiles no comerciales en EE.UU. generó tantas emisiones como todos los viajes en autobús en ese país.
El momento es oportuno, ya que la semana pasada quedó claro que la crisis climática no es inminente, sino que ya está aquí. Debido a la confluencia de una tormenta perfecta de condiciones atmosféricas, el mes pasado fue el junio más caluroso jamás registrado y vamos camino de batir de nuevo el récord del año más caluroso de la Tierra. Las olas de calor azotan Europa y Estados Unidos. Y este año es ya la peor temporada de incendios forestales de la historia de Canadá.
Esta semana, al menos 11 tornados azotaron Chicago, inundaciones históricas anegaron Vermont y causaron al menos una muerte, y la capital del estado, Montpelier, quedó sumergida. Los relatos de residentes que navegaban en kayak por las calles inundadas me hicieron recordar el huracán Ida de 2021. El océano Atlántico está tan caliente que los floridanos lo comparan con el agua de la bañera.
"Como superviviente del huracán Sandy cuya familia perdió nuestra casa, sé de primera mano que el consumo imprudente de los grotescamente ricos está destruyendo nuestras vidas", dijo en un comunicado Rachel Rivera, miembro de New York Communities for Change. "El 1% puede intentar esconderse en los Hamptons, pero a medida que sus inversiones en combustibles fósiles recalienten nuestro planeta, estaremos a sus puertas para exigirles responsabilidades".
