Never Let Me Go - Kazoo Ishiguro
"Y vi a una niña pequeña, con los ojos fuertemente cerrados, sosteniendo contra su pecho el viejo y amable mundo, uno que ella sabía en su corazón que no podía permanecer, y lo sostenía y suplicaba, que nunca la dejara ir".
A través de sus exquisitas líneas en Nunca me abandones, publicada en 2005, Ishiguro nos presentó un mundo distópico novelado con la existencia de clones. A diferencia de lo que la gente suele esperar de la vida de los clones, desprovistos de pasión y cuyo único sentido de su existencia son sus órganos, poseen emociones, amor, esperanza, resentimiento y, lo más importante, un alma.
La historia se desarrolla a través de la narradora, Kathy, que avanza y retrocede constantemente en el tiempo, continúa con su vida y rememora continuamente su pasado: su vida en Hailsham y sus dos destacados amigos, Tommy y Ruth. Kathy vive en una época en la que los avances médicos de los años 50 y 60 condujeron a un gran avance en la clonación humana. En esta sociedad, los clones son creados para ser criados en instituciones especiales como Hailsham, donde se les educa pero también se les aísla del mundo exterior. Desde que existen, están destinados a un destino sombrío predeterminado: servir de donantes de órganos a humanos reales en los años más brillantes de su vida. Tras varias rondas de donaciones, finalmente llegan a su "culminación": la muerte prematura de los clones.
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Versiones en diferentes lenguajes de 'Let it go'
"Os quitamos el arte porque pensamos que revelaría vuestras almas. El omnipresente tema de la ética y la moral fluye entre líneas a lo largo de la novela. Aunque Emily, la directora de los Guardianes, afirma que todos los alumnos deberían estar agradecidos, ya que saben leer y escribir y han tenido una infancia agradable protegidos del odio del público, no deja de insistir en que la vida de los clones fue mucho más angustiosa y espantosa que la suya y en que ha hecho todo lo posible por crear un entorno mejor para los clones. Sin embargo, es bastante irónico que, aunque al final Emily demuestre que los clones tienen un sentido de la identidad y son como los humanos al coleccionar sus obras de arte, ¿y qué? Sigue sintiendo repulsión cuando da clases a los alumnos, lo que pone de manifiesto su arraigada alienación y sus prejuicios, que sugieren que sigue sin aceptar a estos alumnos como normales. La Sra. Emily ni siquiera puede convencerse a sí misma; sigue considerando que todos los alumnos a los que educa son medios de almacenamiento de órganos y que deberían estar orgullosos de morir por los humanos y estar satisfechos de poder morir al menos de forma educada. Intenta presentarse como alguien que está del lado de los clones, pero nunca les ayuda de verdad a conseguir el derecho a decidir su propio futuro. Sin embargo, ¿no es aún más cruel educar a los clones, inspirar su exploración de sentimientos, darles la falsa decepción de que son iguales que los humanos nacidos de forma natural, y luego decirles que tienen que seguir el camino diseñado para ellos, que su destino nunca cambiará aunque sean iguales que los humanos de verdad? Cuanto más cerca sienten los clones que estaban de la vida idílica, más dolorosos se sienten al darse cuenta de que quedarán atrapados para siempre en el abismo. El retrato de la infancia de Kathy, sus pequeñas peleas y todo lo relacionado con su crecimiento parecen tan realistas y tan cercanos a una infancia típica, que lo hacen aún más desgarrador cuando llega el punto de inflexión, el momento en que la inevitable fe entra en acción. Todas las despiadadas acciones de los humanos reales, cultivando clones para su propio beneficio, realmente insisten en que los lectores contemplen dónde deben establecerse los límites del avance científico y cómo equilibrar sus implicaciones.
Como indica el título y la nostalgia que Kathy despliega en su voz retrospectiva, el deseo de aferrarse es otro componente vital de la historia, como un hilo que lo cose todo. Desde el punto de vista de los propios seres humanos, tratan de aferrarse a sus vidas frente al cáncer, intentando alargar su vida todo lo posible, lo que infiere su reticencia a dejar atrás a sus seres queridos y el anhelo de no perder el control de su propia vida. Desde el punto de vista de Kathy, intenta aferrarse a la escasa cantidad de posesiones que posee: su pequeña colección de objetos memorables, su cinta, sus amigos y sus recuerdos. Kathy sabe que es inevitable que todo se desvanezca de su vida, igual que su propia vida disminuye cada segundo y cada día. Como los demás la tratan de forma distinta, ella anhela un sentimiento de pertenencia recogiendo pacientes de Hailsham y sigue recordando los preciosos momentos en los que estuvo en Hailsham. Aunque a Kathy le parezca que su infancia está llena de mentiras y ocultaciones, lo cual es desagradable al fin y al cabo, a ella no le importa. Intenta aferrarse a sus únicos amigos, Ruth y Tommy, gracias a su pericia como cuidadora, pero sigue sin poder luchar contra las fuertes corrientes. Como si el mundo fuera contra ella, el poder de la pérdida es como una tijera que corta todas las tenues puntadas creadas por el deseo de aferrarse. Todo y todos la abandonan y la dejan atrás, sola por sí misma. Aunque sabe lo tonta que es, sigue yendo a Norfolk -el rincón perdido con rumores en Hailsham de que es el destino donde puedes encontrar todas las cosas que has perdido- en un intento de recuperar a Tommy imaginando que se acerca a ella desde el horizonte, pero sabe que es inútil. Como dijo Tommy: "Y estas dos personas en el agua, intentando agarrarse la una a la otra, agarrándose tan fuerte como pueden, pero al final, es demasiado. La corriente es demasiado fuerte. Tienen que dejarse ir, separarse". Al final, Kathy sigue sin desprenderse de sus recuerdos; en lugar de eso, se limita a aceptar la realidad y a seguir adelante con el resto de su vida, que se encuentra en una cuenta atrás.
En general, Ishiguro ha explorado con delicadeza las múltiples facetas del ser humano cuando encuentra sus propios beneficios a costa de los demás y sus reacciones ante los verdaderos avances tecnológicos. Al mismo tiempo, la descripción del pasado tranquilo que vive eternamente en la mente del protagonista desencadena la pena y el dolor desde el fondo del corazón de los lectores. La búsqueda emocional de la humanidad en Nunca me abandones plantea cuestiones profundas sobre la vida, la muerte, el amor, las metodologías científicas y el destino, incitando a los lectores a contemplar los valores intrínsecos de la vida, las elecciones y las responsabilidades como individuos y en sociedad.