¿Para qué sirve la escuela?
La pregunta "¿Para qué sirve la escuela?" tiene una historia compleja y los estadounidenses aún no se han puesto de acuerdo en una respuesta a esta cuestión. Si bien la opinión popular es que la escuela debe preparar a los estudiantes para que se conviertan en miembros activos de la sociedad en su conjunto, el contenido y los principios que se inculcan a los estudiantes es un tema de controversia. Creo que la escuela sirve para exponer a los niños y jóvenes adultos a una amplia variedad de temas, ideas, puntos de vista y experiencias. Esta exposición a diferentes escuelas de pensamiento debería llevar a los ciudadanos a ser educados, conscientes y conocedores de sí mismos.
Los diferentes niveles de educación, desde la primaria hasta la secundaria, cumplen los objetivos de lo que una escuela debe ayudar a un estudiante, pero lo hacen en diferentes grados. Cuando un niño es pequeño, la escuela es un escenario privilegiado para el aprendizaje social y emocional. Podría ser la primera vez que un niño pasa una cantidad de tiempo prolongada con otras personas que no sean su familia, lo que supone una oportunidad para ver las similitudes y diferencias entre ellos y los demás. Las distintas escuelas pueden fomentar esta exposición de diferentes maneras. La educación en la naturaleza, centrada en el hogar, puede hacer hincapié en la variedad de formas en que interactuamos con la Tierra y con los demás. Tanto las escuelas públicas como las privadas exponen a los alumnos que no se parecen a ellos ni piensan como ellos. A medida que los estudiantes progresan y pasan a la escuela media, el aspecto social sigue estando muy presente, pero el aspecto académico adquiere una mayor importancia. Los alumnos siguen aprendiendo sobre sí mismos y sobre los demás, y esta conciencia social es clave para ser un miembro funcional de la sociedad. A medida que los estudiantes experimentan la escuela secundaria, y posiblemente la educación superior, el proceso de aprendizaje nunca se detiene, tanto académica como socialmente. Con la edad llegan nuevas relaciones, interacciones cambiantes y una necesidad de adaptabilidad. La escuela es el mejor vehículo para proporcionar este conocimiento y autoconciencia. Sin la exposición a quienes no son como nosotros, Estados Unidos no puede prosperar. Como país supuestamente construido sobre el valor de la igualdad, la capacidad de tener un pensamiento complejo es necesaria para progresar.
Sin la escuela, los estadounidenses no serían capaces de comunicarse y aprender de los demás. No estar expuestos a puntos de vista diferentes a los propios de una manera humanizadora engendraría adultos con mentes cerradas y corazones obstinados. No se puede progresar sin la introducción de nuevas ideas, y si nadie escucha las ideas en primer lugar, es imposible que se produzca un cambio social. Aunque tradicionalmente se piensa en la escuela como un lugar para el aprendizaje académico a través de la memorización y los exámenes, el verdadero valor de la escuela en Estados Unidos es el aprendizaje social que se produce. Aprender a interactuar con los demás con la orientación de los profesores que actúan como mentores y ayudan a los estudiantes a corregir sus errores es una experiencia inestimable. Una educación llena de nuevas experiencias es esencial para el desarrollo de ciudadanos activos y comprometidos.