Platos rotos: Cómo convertir lo feo en bonito

Recuerdo que, cuando era más joven, mi madre le regaló a mi abuela una tarjeta de cumpleaños con la siguiente frase: "En Japón, los platos rotos suelen sustituirse por oro. El desperfecto se considera una pieza única de la historia del objeto que le añade belleza. Considera esto cuando te sientas roto".

Al principio pensé que se trataba de una cita tonta sobre Japón, pero a mi madre se le saltaron las lágrimas al entregarle la tarjeta a mi abuela. No fue hasta que me hice mayor cuando comprendí por fin la importancia de esas palabras.

Mi madre nació en Okinawa, Japón, en una base aérea. Creció con un hermano mayor y, como todos los hermanos, se pelearon. Su padre, mi Oji (abuelo), formaba parte del ejército estadounidense, mientras que mi Oba (abuela) trabajaba como banquera. Mi madre creció yendo de un sitio a otro. El dinero era escaso para mi familia. Mi madre tuvo problemas en la escuela y los barrios en los que creció no eran buenos.

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Su infancia fue bastante dura para ella pero, siendo mi madre, hizo algo bonito y grande de la nada. Tenía amistades de mierda, pero las convertía en historias divertidas. No era inteligente, pero lo convertía en una lección de vida cuando no quería estudiar. Aunque no tenía una relación estable con sus padres, lo utilizó como inspiración para ser una madre increíble para mi hermana y para mí.

Cuando fue a la universidad en Auburn, tuvo que dejar los estudios por tenerme a mí. Más tarde volvió a estudiar y sacó notas perfectas, sin volver a suspender. Después, utilizó su título de inglés para escribir subvenciones para organizaciones sin ánimo de lucro en las que creía. Finalmente dio un salto de fe y creó su propio negocio, una papelería llamada See Amy Draw, o S.A.D para abreviar. Ahora es activista por la justicia social. Trabaja para su comunidad en una organización sin ánimo de lucro que da prioridad a la educación musical de los niños.

Mi madre se enfrentó a muchos retos a lo largo de su vida: Tuvo dificultades en la escuela, para hacer amigos y para relacionarse con su familia. Superó muchas adversidades y hoy es la persona más inspiradora y exitosa que conozco. Adoro a mi madre. Es una influencia increíble para mí y cada día me siento eternamente agradecida por tenerla. Mi madre hizo algo de la nada. Hizo de su fealdad algo hermoso. Ahora, cuando visito a mi Oba y veo la tarjeta que mi madre le regaló, se me saltan las lágrimas al leer la cita. Mi madre siguió el significado de la cita y se lo aplicó a sí misma. Añadió oro a sus platos rotos y los convirtió en una parte importante de su historia.