Por qué a Dylan Mulvaney le parece bien que le llamen "cringe"
Si la felicidad en línea de Dylan Mulvaney parece una actuación, piénsalo de nuevo. En la cumbre Models of Pride del Centro LGBT de Los Ángeles, celebrada el fin de semana, Mulvaney habló sobre el hecho de que la llamen "cringe", sobre la alegría trans y sobre su forma de ser más auténtica.
"He visto a mucha gente comentar cosas como: 'Oh, esto es una fachada' o 'Se lo está montando' o, ya sabes, 'Esto es una alegría inventada'", dijo Mulvaney sobre cómo algunas personas confunden su felicidad con "vergüenza". Mulvaney dice que se inclina por la vergüenza para salir de su zona de confort, pero cree que la razón por la que algunas personas piensan que su alegría es una actuación es diferente: "Creo que es porque en realidad no pueden comprender que una persona trans sea feliz o encuentre el éxito o el amor".
Con demasiada frecuencia, las representaciones de las personas trans en los medios de comunicación se centran en su dolor. En medio del creciente sentimiento antitrans y de los crecientes esfuerzos legislativos para restringir la atención y la capacidad de las personas trans para existir públicamente, poner de relieve estas luchas es ciertamente necesario. En una entrevista con ellos en junio, Mulvaney reconoció que su privilegio le permite muchas cosas a las que otras personas trans menos privilegiadas no pueden acceder, y que puede que ella no sea una representación exacta de la comunidad trans en su conjunto. "Soy una de las personas trans más privilegiadas de este país, si no la que más; no quiero que la gente me mire y diga: 'Oh, sí, la comunidad está bien'", explicó. Sin embargo, Mulvaney está demostrando que, a pesar de la transfobia y de esta lucha, la experiencia trans también es alegre.
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"Sólo quiero mirar atrás en mi vida al final de esto y pensar en todos los momentos felices, no en los horribles", continuaron. "Así que cuanto más pueda reír, cuanto más pueda sonreír, y no tomarme nada demasiado, demasiado en serio en un mundo que es muy serio, es una victoria".
Parte de esa alegría consiste en aceptar exactamente quiénes son". Recuerda una época en el instituto en la que intentaba ocultar su lado extravagante y lo avergonzada que se sentía cuando alguien lo comentaba, y cómo ha cambiado desde entonces.
"Recuerdo que un chico que también iba a mi instituto se declaró gay ante sus padres y les dijo: 'Soy gay, pero no del nivel de Dylan Mulvaney'", cuenta. "Me dio mucha vergüenza. Pero ahora creo que es algo épico ser gay al nivel de Dylan Mulvaney".