Censura en COVID-19
La cuarentena forzosa de todos los ciudadanos chinos sigue siendo controvertida. Aunque al principio fue lo correcto debido a la enorme población de China. La única forma de controlar la propagación del virus era imponer la cuarentena a los ciudadanos chinos. China tampoco permite a sus ciudadanos utilizar software y sitios web extranjeros para redes sociales como Instagram, Twitter, Facebook, etc. Esta ley se reforzó aún más tras el incidente del Dr. Li Wenlian, que murió en acto de servicio y la gente acusó al gobierno chino en Internet. Desde entonces se ha visto más censura en las redes sociales, lo que ha llevado a una corrupción gradual de los líderes que tienen autoridad sobre diferentes ciudades y zonas de China tras la primera oleada de cuarentena de COVID. Los gobernantes decidieron quedarse con gran parte de los suministros enviados por el gobierno para ayudar a los ciudadanos necesitados. El dinero que se suponía que debía financiar la prevención y el control de COVID se lo embolsaron estos funcionarios corruptos mientras los ciudadanos chinos no se enteraban. La gente empezó a morir de hambre y a suicidarse saltando desde sus pisos en los rascacielos, simplemente porque no tenían otra forma de sobrevivir en Shanghai. El año pasado, al menos 10 personas murieron quemadas vivas en un incendio en un edificio de apartamentos de Xinjiang Ürümqi porque estaban encerradas dentro con cadenas debido a las restricciones del COVID. El encadenamiento de las puertas les impidió escapar del incendio. A pesar de que la gente estaba siendo quemada viva, los funcionarios del gobierno seguían sin dejar salir a la gente de sus edificios. Es una decisión atroz. Sin embargo, cuando pregunté a mis amigos y parientes en China sobre esto, casi nadie sabía nada de este incidente porque fue censurado por el gobierno. Para ir un paso más allá, el chat de nuestro grupo familiar en el que se discutía este tema fue prohibido y eliminado por el mero hecho de hablar de este tema que el gobierno consideraba "prohibido" Me duele ser testigo de acciones como estas como ciudadano chino, porque son muy ajenos a lo que el gobierno está haciendo a sus ciudadanos. En retrospectiva, hay cierta ironía y sarcasmo al reflexionar sobre estas políticas que se describieron al principio del libro después de dos años, porque la gente es intrínsecamente egoísta y se aprovechará de los que son inconscientes. Las redes sociales y la censura permiten que los funcionarios corruptos sigan saliendo impunes de tales acciones porque el gobierno nunca mostrará a la población que quienes ocupan puestos de poder en el gobierno chino son inmorales, ya que es un mal reflejo del partido gobernante. Al fin y al cabo, siempre habrá personas que antepongan los beneficios a las vidas humanas, lo que lo convertirá en un grave problema humanitario.