Cómo decidir cuál es el adecuado para usted
La elección de utilizar tampones, compresas o una combinación de ambos es personal. ¿Te sientes cómoda introduciendo algo en tu interior o prefieres dejar que la sangre se acumule en una compresa? Los tampones y las compresas no son las únicas opciones ni mucho menos -algunas chicas prefieren utilizar copas menstruales o incluso bragas para el periodo-, pero sin duda son las dos formas más comunes de gestionar el periodo.
Para ayudarte a decidir cuál es la más adecuada para ti, hemos desglosado los pros y los contras de ambas opciones, pero recuerda: en última instancia, la decisión es tuya.
Almohadillas para el equipo
Las compresas suelen estar hechas de un material absorbente y están diseñadas para pegarse a la ropa interior. Puedes adquirir todo tipo de compresas, desde salvaslip hasta las más resistentes, en función de tu flujo y de la frecuencia con la que quieras cambiarlas.
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Pros
- Son súper fáciles de usar. Pregúntale a cualquiera, fijar una compresa a tu ropa interior es mucho más fácil que insertar un tampón. Así que, aunque puede que necesites la ayuda de alguien para ponerte un tampón las primeras veces, no deberías tener ningún problema para dominar la compresa.
- Siempre sabrás cuándo debes cambiarlo. Si vas al baño y la compresa está llena de sangre, es un buen indicador de que es hora de cambiarla por una nueva.
- No hay riesgo de síndrome de shock tóxico (SST). Aunque es muy raro que un tampón provoque este síndrome, el nivel de riesgo disminuye aún más cuando se utiliza una compresa.
Contras:
- No puedes nadar con una compresa puesta. Una de las mejores ventajas del uso de tampones es que puedes nadar con la menstruación sin riesgo de que se produzcan pérdidas. Sin embargo, cuando utilizas una compresa, no puedes meterte en el agua. Lo más probable es que el adhesivo que une la compresa a tu traje de baño se desprenda y sea un momento OMG total.
- Pueden ser visibles. Dependiendo del tamaño de la compresa y de la ropa que lleves, existe la posibilidad de que la compresa sea visible a través de la ropa.
- No son las más cómodas. A algunas personas no les gustan las compresas porque a veces pueden sentirse como si llevaran un pañal, en comparación con los tampones, que pueden ser fáciles de ignorar cuando te acostumbras a llevar uno.
Los tampones son a menudo la marca temida de la feminidad, pero pronto aprenderás que no hay nada que temer y que, de hecho, hacen la vida mucho más fácil durante tu periodo del mes. Sólo tienes que ponerte uno y estarás lista para pasar unas horas, ya sea nadando, haciendo deporte o sentándote a hacer los exámenes finales.
Pros
- Son mucho más portátiles. Los tampones son bastante pequeños (especialmente los de tamaño de viaje), por lo que son mucho más fáciles de llevar. Puedes meterlos en el bolsillo o en el bolso para no tener que preocuparte nunca de que te falte uno.
- Son mejores para nadar y hacer deporte. Como he dicho antes, no puedes ir a nadar si llevas una compresa, pero si llevas un tampón, nada te impide darte un chapuzón. En general, los tampones son mejores para quienes son muy activos, ya que las compresas pueden resultar incómodas cuando corres y haces deporte.
- Son más discretos. Mientras que hay algunos casos en los que una compresa puede ser visible desde fuera de la ropa, como los tampones se introducen dentro de ti, no tendrás ese problema al usarlos. Lo único de lo que te tienes que preocupar es del cordón, pero eso se puede solucionar fácilmente.
Contras
- Son más difíciles de insertar. Aprender a colocarse un tampón puede llevar algo de tiempo y práctica. Puede que necesites que alguien te ayude las primeras veces, pero con el tiempo se convertirá en algo natural.
- Al principio pueden resultar incómodos. De nuevo, cuando empieces a usar tampones, puede resultar extraño andar con algo insertado dentro de ti, pero te acostumbrarás.
- Existe un riesgo de síndrome de shock tóxico. Aunque es bajo, existe el riesgo de contraer el síndrome de choque tóxico al usar un tampón. El síndrome de shock tóxico es una infección bacteriana poco frecuente y potencialmente mortal que puede producirse cuando te dejas un tampón puesto y las bacterias crecen en él. De nuevo, es extremadamente raro. Asegúrate de leer las instrucciones de la caja de tampones sobre el tiempo que debes dejar el tampón dentro, y asegúrate de cambiarlo regularmente.
Una vez más, la decisión depende totalmente de ti y, si todavía no estás segura de qué camino tomar, prueba ambos y ve qué te gusta más. La respuesta podría ser una mezcla de las dos.