¿Deberían empezar las clases más tarde?
George Foreman dijo una vez: "Creo que dormir era mi problema en la escuela. Si la escuela hubiera empezado a las cuatro de la tarde, hoy sería un graduado universitario" Este es un problema similar para miles de estudiantes en todo el país. Para la mayoría de los estudiantes, la hora temprana de comienzo de las clases afecta a la cantidad de trabajo que pueden realizar, lo que merma su capacidad de aprendizaje. En los dos últimos años, los estudios han demostrado que las notas de los adolescentes han ido bajando. La media de horas de sueño que un adolescente duerme al día ha caído en picado a unas tristes 7 horas y media. Por lo tanto, el horario escolar debería empezar más tarde debido al bajo rendimiento académico y la escasa capacidad de atención de los adolescentes.
Mientras caminaba por los pasillos de Brooklawn Middle School el 6 de diciembre, el objetivo era determinar el número de estudiantes con la cabeza hacia abajo en sus escritorios, lo que indica que el estudiante estaba durmiendo o no dormir lo suficiente. El método utilizado fue visitar cada aula y contar el número de estudiantes que mostraban este comportamiento. La hipótesis era que los alumnos de 8º curso probablemente tendrían la cabeza gacha con más frecuencia, teniendo en cuenta su mayor edad y el posible aumento de la cantidad de deberes. Sin embargo, las observaciones demostraron que esta hipótesis era errónea. Sorprendentemente, en séptimo había 13 alumnos con la cabeza gacha (1 alumno por clase), mientras que en octavo sólo 9 mostraban este comportamiento. Además, había más alumnos con falta de atención en Inglés y Ciencias Sociales que en Matemáticas y Ciencias. Esto sugiere que los alumnos disfrutan más del aprendizaje interactivo que de la enseñanza normal, ya que Matemáticas y Ciencias son más interactivas. Por último, algunas aulas tenían las luces apagadas, lo que aumentaba la posibilidad de que los alumnos se distrajeran y se cansaran.
Pero, ¿quién tiene la culpa de que los alumnos estén cansados en clase? ¿Es culpa del sistema escolar o de la incapacidad de los adolescentes para dormir bien? En primer lugar, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, "...alrededor de 6/10 estudiantes no duermen lo suficiente en las noches de colegio debido a las horas tempranas de comienzo" (Wheaton). Esta evidencia demuestra que los estudiantes luchan por conseguir la cantidad de sueño que necesitan debido a las tempranas horas de inicio de la mayoría de las escuelas. Si las horas de inicio se retrasaran, los estudiantes dormirían lo necesario y posiblemente rendirían más en la escuela. La hora adecuada para empezar la escuela sería a las 8:30 a.m. o más tarde. Además, el programa Start School Early afirma que "...se están viendo grandes y pequeños beneficios para la salud física y mental, el aprendizaje, la asistencia, las tasas de graduación, los accidentes de tráfico y el bienestar general de los estudiantes" (Snider). Esta cita pone de relieve los muchos beneficios de cambiar las horas de inicio porque no es desconocido que los adolescentes están de mal humor y cansados por la mañana. Además, al mejorar el bienestar de los estudiantes mediante el ajuste de las horas de inicio, se reduce la probabilidad de fatiga y somnolencia, lo que permite un entorno de aprendizaje más propicio. Una de las pruebas más significativas que apoyan el retraso de la hora de entrada es el hecho de que las escuelas públicas de Seattle (washington.edu) retrasaron la hora de entrada y las notas aumentaron "casi un 5%" (Urton). Esto demuestra que los horarios de inicio más tardíos tienen grandes beneficios, como el aumento de las notas de los alumnos. En consecuencia, esto sugiere que los alumnos se apasionarían más por el aprendizaje y no se distraerían durante la jornada escolar. El aumento de las notas también favorece un mejor entorno de aprendizaje para todos los alumnos.
Por qué los institutos deberían empezar más tarde
Empezar la escuela más tarde
En conclusión, abogar por ello es crucial para hacer frente a la escasa capacidad de atención de los adolescentes y a su bajo rendimiento académico. Además, contar con la hora justa de inicio de las clases es crucial para el futuro académico y la salud social del adolescente.Por lo tanto, los supervisores de distrito deben colaborar para que el rendimiento académico de los adolescentes sea una experiencia divertida y estupenda o, de lo contrario, la inteligencia puede perder valor. Al profundizar en este tema, el propósito es hacer hincapié en la necesidad de reevaluar los horarios de inicio de las clases, instando a las personas con poder a que reconozcan su importancia y trabajen activamente para su aplicación.