El "consumidor pospandémico" adopta la ropa de segunda mano

A estas alturas no hacen falta tablas ni gráficos para saber que, sobre todo en los últimos dos años, la compra y venta de ropa usada se ha convertido en algo habitual. El estigma que antes acompañaba a la compra de ropa usada ha desaparecido prácticamente. Thredup, Poshmark y The Real Real se han hecho públicas. El concepto ha sido probado.

Sin embargo, durante los últimos cinco años, Thredup ha estado siguiendo y proyectando el crecimiento del mercado de la ropa de segunda mano, publicando informes anuales realizados en colaboración con la empresa de investigación y análisis GlobalData. La empresa acaba de publicar su informe sobre la reventa de 2021, con un montón de cifras asombrosas -sigue siendo uno de los segmentos del comercio minorista de más rápido crecimiento, y se prevé que se duplique hasta alcanzar los 77.000 millones de dólares en 2025-, así como algunas perspectivas nuevas sobre cómo se comporta la reventa cuando hay una pandemia mundial. (Como predijo Thredup hace un año, le va bastante bien).

Evidentemente, la pandemia hizo nacer a millones de nuevos compradores de segunda mano: 33 millones de consumidores compraron ropa de segunda mano por primera vez en 2020. Y según las encuestas, el 76% de esos compradores primerizos planean aumentar su gasto en segunda mano en los próximos cinco años. En otras palabras, la pandemia puede haber contribuido a acelerar aún más el crecimiento de la reventa de moda. También creó más revendedores: Se calcula que en 2020 hubo 36,2 millones de vendedores primerizos.

Como ya hemos comentado, la pandemia ha cambiado nuestra mentalidad sobre las compras de varias maneras. Y el nuevo "consumidor post-pandémico" ha sido una bendición para el mercado de segunda mano, según el informe de Thredup, que descubrió que un tercio de los consumidores se preocupan más por llevar ropa sostenible que antes de la pandemia, y que la mitad de los consumidores se preocupan más por el valor que antes de la pandemia.El informe también reveló que el 43% de los consumidores se preocupan más por la calidad de la ropa que antes (lo que implica que quieren artículos que puedan revender en lugar de desechar) y que más del 50% se preocupan más por evitar los residuos que antes.

Thredup también destacó los hábitos de compra de las madres tras la pandemia: Según el informe, una de cada dos madres con hijos pequeños tiene previsto gastar más en segunda mano en los próximos cinco años, lo que representa un mayor "cambio hacia el ahorro" que cualquier otro grupo de consumidores.

Las principales motivaciones para comprar de segunda mano son el ahorro de dinero y la reducción del impacto ambiental, pero las tiendas de segunda mano no son las únicas opciones para alcanzar esos objetivos. Pueden comprar en una tienda de moda rápida o en una cadena de descuento para ahorrar dinero; pueden alquilar ropa o comprar ropa nueva fabricada de forma sostenible para reducir el impacto medioambiental. Aunque la venta de ropa de segunda mano y de moda rápida sigue creciendo, lo hace más lentamente que la reventa y el alquiler, y Thredup descubrió que la demanda de ropa nueva comercializada como "sostenible" también está disminuyendo: El 42% de los consumidores tiene previsto gastar más en ropa de segunda mano en los próximos cinco años, mientras que sólo el 26% tiene previsto gastar más en ropa nueva "sostenible".

A pesar de que la reventa se ha convertido en un pilar de nuestra vida de compras, Thredup y sus competidores aún tienen que captar más cuota de mercado. Thredup calcula que 9.000 millones de prendas de vestir se quedan sin uso en los armarios de los consumidores, y que en Estados Unidos se tiran 34.000 millones al año, el 95% de las cuales podrían reciclarse o reutilizarse.

Así que, aparte de cambiar la mentalidad de los consumidores, ¿qué hay que hacer para que esas prendas entren en el mercado de la reventa? Thredup señala que hay que conseguir que más minoristas y marcas del mercado primario incorporen la reventa a sus estrategias (es decir, que compren y revendan sus propios artículos usados) o que incentiven al consumidor a reciclar sus artículos de alguna manera. (Thredup impulsa la reventa para 21 marcas y minoristas, como Gap y Reformation).

Los incentivos políticos gubernamentales también podrían impulsar la adopción de la moda circular: Imagina que las empresas minoristas obtuvieran exenciones fiscales por invertir en la reventa, o que los consumidores no tuvieran que pagar el impuesto sobre las ventas de la ropa de segunda mano.

A Thredup le encanta compartir la cantidad de ropa que ayuda a desviar de los vertederos mediante la reventa, pero este año, en particular, también ha proporcionado algunos datos y cifras sobre sus propias prácticas internas de sostenibilidad.

Todas las empresas de venta al por menor -incluso las que venden ropa usada- tienen una importante huella medioambiental en virtud de las instalaciones operativas y el envío y la recepción de mercancías. El informe también aborda la diversidad en el lugar de trabajo, que se muestra a continuación. ¿Podría Thredup compartir más detalles? Claro. ¿Es esto al menos un paso en la dirección correcta? Sin duda.

Puede consultar el informe completo sobre la reventa de 2021 aquí.

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