El perdón en relación con la equidad
En la mayoría de los casos, el perdón surge del concepto de equidad, aunque generalmente nunca termina en un intercambio igualitario. A menudo, el perdón significa ajustarse a ideas benévolas, lo que resulta en una desventaja para una de las partes implicadas. Además, el perdón se agrupa frecuentemente con las ideas de un perdón institucional, o la disminución de las consecuencias asociadas con lo que uno hizo para tener que ser perdonado. Es importante recordar que el perdón es algo completamente distinto de la absolución, y no siempre tiene que dar lugar a un resultado equitativo para que se considere perdón.
El perdón tiene un valor que va mucho más allá del ámbito de la equidad. En nuestra sociedad, el perdón está conceptualmente vinculado a la aceptación, así como a la resolución de cualquier situación. La sociedad tiene la idea de que el perdón muestra un sentido de madurez que viene con las ideas "tradicionalmente" benévolas asociadas al perdón. Muchos creen que la capacidad de perdonar muestra directamente la liberación del resentimiento y disminuye el agarre que la situación tiene en tu vida. Por otro lado, el perdón puede tener su origen en presiones sociales y otros factores que tienen muy poco impacto en la equidad del mundo. La postura de muchas personas respecto al perdón se ha transmitido de generación en generación, a menudo a través de la práctica de la religión. Como resultado, el perdón tiene un trasfondo positivo y a menudo resulta mejor para la víctima de la situación. Mi postura está fuertemente influenciada por la idea de que el perdón unilateral inherentemente hace que el mundo sea menos equitativo, y promueve las ideas de que las acciones controvertidas no deben ir acompañadas de las consecuencias apropiadas.
A lo largo de mi vida me he topado a menudo con refranes que han resonado profundamente en mí mientras me informaba sobre el mundo y, en particular, sobre las interacciones que requieren perdón. Por ejemplo, "Perdona pero no olvides" ha surgido con frecuencia, ya sea en entornos sociales o mientras estudiaba en el aula. No es necesario analizar profundamente esta frase en absoluto, y su significado es bastante sencillo. El perdón es mucho más amplio de lo que la gente cree, y no implica en absoluto la exoneración de una de las partes implicadas. Además, se puede perdonar a alguien sin que esa persona haya hecho nunca un verdadero esfuerzo por llegar a un acuerdo con uno, y no hay que dejarse presionar socialmente para perdonar a alguien mediante el proceso de pensamiento fundamental de que eso nos hará sentir mejor. Como casi todo en la vida, el perdón tiene dos caras. La equidad significa reconocer los hechos científicos de que todos los seres humanos han sido creados iguales e intentar activamente crear un mundo justo para todos y para todo. En consecuencia, a mis ojos, la equidad es distinta del concepto de perdón porque, aunque ambos están comúnmente vinculados desde una perspectiva institucional, rara vez vemos que las personas reciban lo que se merecen en nuestra sociedad. Igualmente importante de mencionar es el hecho de que, a día de hoy, las barreras sistémicas y raciales juegan un papel enorme en el proceso del perdón, impactando directamente en la progresión de un intercambio equitativo en las acciones que llevan a consecuencias.
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En conclusión, el perdón es una práctica maravillosa en la que puede participar cualquier persona que lo desee. Desde las enseñanzas de la Biblia escrita hace más de 2000 años, y la idea conceptual de que todo ser humano necesita buscar el perdón por sus malas acciones, las diferentes interpretaciones y experiencias pueden tener un impacto directo en lo que el perdón puede parecer en cualquier situación dada. En mi opinión, si alguien te hace daño, ya sea intencionadamente o no, el perdón suele ser la práctica más equitativa a la que recurrir. Sin embargo, esto no significa en absoluto que la equidad se vea afectada por el hecho de que alguien perdone o guarde rencor. La equidad es un factor social sobre el que la gente común tiene muy poco control. En consecuencia, el perdón no significa un mundo más equitativo para mí.