Enviado antes de las 11:59: Una observación experimentada sobre los porqués de la procrastinación

Ya conoces la procrastinación, por ser estudiante y todo eso. Debe parecerte una maldición irritante que se niega obstinadamente a colmar tu esperanza de tener un día, una semana, un mes o un año productivos. Y aunque esa referencia aFriends fue un poco sin esfuerzo, tengo aquí una guía más sofisticada al respecto. Por supuesto, esta guía sólo pretende aconsejarte en lugar de instruirte sobre lo que debes y no debes hacer, ya que la procrastinación de cada persona se comporta de forma diferente, de forma similar a como cada uno prefiere su propio sabor de helado para atiborrarse.
Si te dijera que dejaras de procrastinar en este instante, ¿lo harías? La razón por la que tu respuesta podría ser un "sí" reticente o un "no" sincero es la razón exacta por la que no consigues terminar tu trabajo. La cuestión es que esta pregunta es demasiado grande. Sus intenciones son buenas, sí, pero también es vaga e impracticable al mismo tiempo. Nuestra mente es simplemente incapaz de procesar, analizar y ejecutar esta pregunta, ya que no hay una tarea clara que especifique qué acciones debes realizar para dejar de procrastinar. Lo mismo ocurre con el trabajo que te asignan: si consideras que el objetivo es "terminar el trabajo con calidad", no llegarás a ninguna parte. Siempre es útil diseccionar el trabajo en cargas más pequeñas para tener una idea exacta de lo que realmente quieres conseguir en un tiempo determinado.
Vale, ya he hecho el plan. ¿Y ahora qué? Ahora lo haces. Y esa es la parte difícil, hacerlo. Nunca pienses que terminar una tarea es fácil, porque el único caso en el que esta afirmación puede ser cierta es cuando decides dedicar menos esfuerzo a tu tarea. Y tampoco te digo que pienses que es difícil: imagínatelo como una de las operaciones fundamentales para mantener la vida, en el sentido biológico. No comes para disfrutar de la comida: puedes hacerlo, y comida deliciosa es lo que todos aspiramos a tener, pero no necesitas disfrutarla para ingerir suficiente energía para tu supervivencia. Lo mismo ocurre con el trabajo. Sería ideal aprender y crecer como persona haciendo trabajo, pero al final del día, si no terminas tu trabajo, ni siquiera puedes experimentar el crecimiento.
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A menudo dejamos que nuestro miedo a la imperfección y nuestras propias expectativas hacia nosotros mismos nos abrumen de la forma más destructiva, y eso es, no hacer trabajo porque no puedes aceptar el hecho de que podría no ser ideal. La mera posibilidad de dedicar esfuerzo y tiempo a un proyecto y recibir críticas es aterradora para algunos y, sinceramente, el método de evaluación del sistema educativo no ayuda mucho a aliviar este estrés. El crecimiento y los logros, como alumno, pueden provenir de lugares distintos a los resúmenes y los comentarios de los profesores. Una vez que te das cuenta de eso, es mucho más fácil empezar a trabajar.
Bien, ahora ve a hacer ese plan.