Los estereotipos racistas alimentaron la percepción pública sobre la vida de Michael Oher en "The Blind Side"
En este artículo de opinión, Kaitlin Byrd explora cómo los estereotipos racistas influyeron en la percepción pública de la historia de Michael Oher en The Blind Side.
En 2009, la adaptación cinematográfica de The Blind Side nos vendió una historia fácil, para sentirse bien: Unos blancos caritativos ayudan a un joven negro pobre y abandonado a encontrar y desarrollar su potencial a través del fútbol. El chico, Michael Oher, tiene un talento innato; las oportunidades se abren para todos, y él y la familia Tuohy se convierten en una gran familia mixta y feliz; fin de la película, créditos. Esto fue suficiente para recaudar más de 300 millones de dólares en taquilla, conseguir un Oscar para Sandra Bullock y dejar una impresión duradera en el público.
Como muchas películas que están "basadas en una historia real", la realidad de lo que ocurrió entre la familia Tuohy y Michael Oher fue más complicada de lo que nos mostraron en la pantalla. El grado exacto de complicación no quedó claro hasta la semana pasada, cuando Oher presentó una demanda en Tennessee contra Sean y Leigh Anne Tuohy, la pareja que él -y el mundo- creía que había adoptado a Oher cuando era adolescente. La petición alega que la familia Tuohy nunca lo adoptó como hijo, como han insistido públicamente, sino que lo colocaron bajo una tutela que él caracteriza como explotadora en la que se lucraron de su duro trabajo y de su historia de vida. (Sean y Leigh Anne Tuohy han negado haber explotado a Oher, afirmando que la tutela era "honrada", añadiendo que les dijeron que no podían adoptarlo legalmente porque era mayor de 18 años en ese momento [aunque legalmente no es así], y negando que hayan explotado a Oher). Los Tuohy han dicho que no impugnarán la petición de Oher de poner fin a la tutela, lo que significa que Oher, de 37 años, probablemente quedará libre del acuerdo.
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El amor de Hollywood por los salvadores blancos es el peor colonialismo moderno, desde "The Blind Side" hasta "The Help". Dado que la tutela es un hecho legal y la adopción parece una ficción, podría parecer un giro sorprendentemente oscuro para lo que se nos dijo que había sido un "felices para siempre". Pero la fácil aceptación de la historia que se contó al público sobre Oher habla de los estereotipos racistas que ya impregnan la sociedad sobre la competencia, la inteligencia y la ambición de los negros.
Oher era realmente un joven en una situación difícil y vulnerable, y alguien vio realmente su potencial y le dio la oportunidad de aprovecharlo. Pero Oher ya asistía a una escuela privada como atleta estrella cuando conoció a los Tuohys, detalla en la petición. Según el documento, Briarcrest Christian School admitió a Oher y le permitió practicar deportes siempre y cuando obtuviera calificaciones suficientes. Oher destacó en el equipo de fútbol de la escuela, dice la petición, pero le llevaba más de una hora en autobús y caminando llegar a la escuela desde su casa. Así que empezó a alojarse en casa de amigos y familiares de amigos. Los Tuohys eran una de esas familias, según la petición, y acabaron invitando a Oher a vivir con ellos y a llamarlos papá y mamá.
Lejos de ser el adolescente inocentemente ignorante retratado en la película, Oher era inteligente y tenía buenos conocimientos de fútbol sin los Tuohys ni su tutela, dice la petición. Lo que necesitaba -y lo que aparentemente recibió de los Tuohys- era una vida estable en un hogar, en lugar de estar sin casa o pasando de unos extraños a otros en el sistema de acogida.
Esto habría bastado para una historia conmovedora, pero no es la que vimos en la gran pantalla. En The Blind Side, Oher aparecía guiado por los Tuohy no sólo hacia un hogar estable, sino también hacia el éxito académico y deportivo. Según la petición de Oher, ya iba por buen camino antes de la intervención de los Tuohy. Pero en la narración de la película, Oher parece menos capaz, menos confiado y más dependiente de los Tuohys para su éxito final. Aunque sabemos que las películas inspiradas en "hechos reales" están dramatizadas, esta fue la narración que aceptó el público, una narración que fue posible gracias a los estereotipos racistas que a menudo pintan a los negros como menos competentes e inteligentes que los blancos.
El lenguaje ha cambiado a lo largo de los siglos, pero los negros siempre hemos oído que no somos lo bastante inteligentes, dedicados o cultos para cuidar de nosotros mismos. En el mejor de los casos, se nos dice que nuestros logros nos han sido otorgados por algún blanco bienintencionado; en el peor, se nos obliga a trabajar en condiciones intolerables porque se supone que, de lo contrario, no trabajaríamos. Oímos que las escuelas negras tienen un bajo rendimiento porque los niños negros no son tan inteligentes. Se nos dice que los trabajadores negros tienen una brecha salarial porque no somos tan productivos como nuestros homólogos blancos. Y hay quien dice que la razón por la que no hay tantos negros en los consejos de administración o escribiendo código o haciendo películas es que no hay suficientes negros con talento para ocupar esos puestos. Parece que si los negros estamos siempre en peligro es porque no somos capaces de salir de él.
Y nadie se inmuta cuando este tipo de situación se presenta de una forma conmovedora, hecha para Hollywood, debido a los estereotipos racistas que hacen perfectamente creíble para muchos que un joven negro no pueda cuidar de sí mismo. Por supuesto, no es ningún secreto que los blancos ricos tienen más recursos, oportunidades y espacio para cometer errores que los negros pobres. Esa es la esencia del privilegio. Pero la suposición inherente a la película de que Oher no podría alcanzar su nivel de éxito sin ser guiado por una familia blanca no sólo es injusta, sino incorrecta. Ya era un atleta estrella, ya estaba en un colegio privado y ya iba camino del éxito antes de conocer a los Tuohys. Es imposible saber cómo habría sido la vida de Oher sin ellos, pero ahora pide ver cómo será su futuro sin control externo.
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Michael Oher, como la mayoría de los negros, no parece haber necesitado salvarse. Puede que sólo necesitara la oportunidad -los recursos, la estabilidad, la confianza- de salvarse a sí mismo.
