Mostrar la felicidad
Mi profesor de inglés nos dio una tarea este mes pasado para ayudarnos a escribir nuestros ensayos de admisión a la universidad. Nos propuso que aprendiéramos a "mostrar" y no a "contar"; la escritura de mostrar es más descriptiva, sensorial y mete al lector en la historia. Para ver si podíamos hacerlo, nos pidió que le mostráramos la felicidad relatando un recuerdo verdaderamente feliz. Este ejercicio no sólo me ayudó a convertirme en una escritora más reflexiva, sino que también me dio la oportunidad de recrearme en algunos momentos maravillosos. Es un ejercicio excelente para cualquier persona interesada en escribir, así que si es tu caso, te animo a que lo pruebes. Aquí están dos de mis favoritos que he escrito.
Tobillo profundo hasta donde alcanza la vista. El agua azul claro se filtraba por las grietas de mis tacones y me llenaba de arena los pies descalzos. El cielo gris escondía el sol de nuestros ojos, y la playa vacía se sentía como si fuera nuestra. No hay ningún otro lugar en el que preferiría estar que allí con mi amiga. Dando vueltas en el agua, pateando y saltando (algunos lo llamarían bailar), siendo libres. Este es el momento en el que pienso con la mano en la frente, mirando fijamente una pregunta de un examen que preferiría ignorar.
Conduciendo a casa por el camino largo, suena Runaway de Kanye. El tintineo del piano se cuela en los huecos de mi coche, reverberando en cualquier superficie que pueda. Las casas por las que he pasado cientos de veces saltan a la vista, revelando persianas y flores y ladrillos y coches en los que nunca me había fijado. La misma vieja carga de una señal de stop parece más roja, más poderosa que antes. Vuelo a través de la intersección de cuatro carriles mientras la canción se eleva, impulsando más que mi coche. Pienso que este es el momento perfecto para una hermosa puesta de sol, y al salir del carril de ceda el paso, el cielo se abre. Nunca me había alegrado tanto de tener tanta razón. Azules y rosas nítidos con rayos dorados y naranjas me pintan el mejor paso que podría haber pedido. A veces no puedes evitar sonreír por las pequeñas cosas.