¿Qué es mi felicidad?
Desde una edad tan temprana, a todos nos han enseñado que la felicidad está supuestamente destinada a ser esta gran cosa que todo lo consume. Que se le concede y que es un regalo de este mundo. Que es algo que siempre buscamos recibir. Es el momento eufórico en el que nuestro corazón se siente por fin completo, cuando todas las presiones y cargas de esta vida mundana se desprenden de nuestros hombros.
De esta mentalidad surge la espera. Esperar constantemente a que ocurra esa experiencia electrizante, esa simplificación de la vida, ese momento "¡ajá!" en el que todo el dolor se ha ido, y por fin es el momento de crecer.
Pero no creo que la felicidad sea grande o infinita. No es algo que se nos conceda y que cure instantáneamente todas las heridas de la vida. Creo que la felicidad honesta, genuina y cruda existe en la aceptación de que esta vida no es un lecho de rosas, nunca podremos librar absolutamente nuestras vidas de la oscuridad que llevamos dentro. Creo que la felicidad real, genuina y cruda existe en la tranquilidad. En las cosas pequeñas. Desde el sabor del zumo de naranja agridulce que tomo por la mañana, hasta la ligera luna creciente que brilla como una garra plateada en el cielo nocturno. Las pequeñas cosas de la vida no son diminutas. Estos pequeños y memorables momentos se convierten en las piedras angulares de nuestra vida diaria. La verdadera felicidad está a tu alrededor, cada día, clavada y floreciendo en las cosas a las que dejaste de prestar atención por tu afán de encontrar más flores en tu camino a la escuela. La intensidad en el aire cuando conoces a alguien y sabes que va a cambiar tu vida. La forma en que tu corazón late cada vez más rápido cuando suena tu canción favorita.
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Tampoco creo que la felicidad sea algo que puedas encontrar o que sea ese destino al que debes llegar, y que seas a prueba de balas y no te afecte el caos. Creo que el caos en nuestras vidas siempre existirá: estamos hechos de él. En cambio, creo que la felicidad existe en la comprensión de que el dolor que sentimos tiene tanta importancia como la belleza. Creo que la felicidad existe en encontrar las cosas que nos hacen sentir conocidos y únicos y en paz en este mundo, sin importar lo pequeñas que sean. Creo que la felicidad existe en aprender a abrazar la oscuridad y a verla como algo que nos hace apreciar la luz en nuestras vidas.