Para algunos pacientes de migraña, el trabajo a distancia es un santuario

Este artículo fue publicado originalmente por GQ.

A medida que la pandemia se desvanece lentamente de la mente de la mayoría de la gente, el debate sobre qué hacer con el trabajo a distancia se ha vuelto cada vez más cáustico. Los gritos de celebridades del comercio como Jamie Dimon y Elon Musk piden a los empresarios que aten a los trabajadores autónomos a cubículos. Y, hay que reconocerlo, los distritos financieros de las ciudades siguen vacíos, y trabajar desde casa parece desanimar a mucha gente.

Pero la posibilidad de trabajar en cualquier sitio también anima a muchos trabajadores de oficina; para algunos que padecen enfermedades crónicas y silenciosas, como la migraña, esta opción ha sido un regalo del cielo. "Muchos de mis pacientes con migraña buscaban refugio en el trabajo desde casa", dice el Dr. Wade Cooper, director de la Clínica de Cefaleas y Dolor Neuropático de la Universidad de Michigan.

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Trabajar desde casa ha ofrecido a los pacientes del Dr. Cooper un nivel de flexibilidad que el trabajo de oficina no puede ofrecer. Después de todo, incluso con una amplia gama de opciones de tratamiento eficaces, las migrañas llegan cuando llegan, tal vez a las 3 de la tarde de un martes. En ese caso, es más fácil desconectarse durante unas horas y volver al trabajo más tarde. En el pasado, habrían sufrido el dolor desde un cubículo, esperando a que la migraña remitiera para volver al trabajo.

Y con 40 millones de personas que padecen migraña en Estados Unidos, las ventajas del trabajo a distancia para ellas podrían ser muy amplias. Trabajar fuera del alcance de jefes y compañeros, que pueden confundir los episodios de migraña de un colega con la inactividad laboral, ayuda a esquivar el estigma. "Nuestros pacientes que padecen migraña no tratan de eludir sus responsabilidades laborales", dice el Dr. Cooper. "Por lo general, no se trata de personas débiles ni de trabajadores reacios; de hecho, es todo lo contrario. Pero necesitan algunas disposiciones para tener tanto éxito como los demás empleados."

Eso podría significar trabajar por la mañana y por la noche si alguien suele sufrir migraña por la tarde, o tener fácil acceso a un espacio cómodo y tranquilo para tumbarse. También podría significar simplemente tener la posibilidad de alejarse del ordenador sin necesidad de pedir permiso.

Sin embargo, mientras los empresarios reflexionan sobre la permanencia del trabajo a distancia, y algunos optan por obligar a sus trabajadores a asumir las modalidades anteriores a la pandemia, el Dr. Cooper ya ha observado efectos adversos en las personas a las que trata.

"Me viene a la mente un paciente", dice: Un ingeniero informático aquejado de migraña crónica que se benefició enormemente de la flexibilidad laboral de la pandemia. "Era increíblemente eficaz", dice el Dr. Cooper. "Ahora que existe esta presión de que vuelva al trabajo por primera vez en años, está recibiendo críticas negativas porque no puede presentarse a ciertas reuniones, aunque su calidad de trabajo y su resultado final son todos realmente buenos."

Sin embargo, nunca se prometió la permanencia del trabajo a distancia. Y a medida que los empresarios reorienten sus negocios hacia la economía pospandémica, seguramente algunos aspirarán a operar desde oficinas llenas de trabajadores, aunque ello empuje a algunos de ellos a un entorno menos productivo. Y aunque ese escenario no será óptimo para muchos de los que padecen migraña, existe una oportunidad para que los directivos se replanteen las normas de la oficina.

Garantizar que una parte de la oficina tenga iluminación regulable y pueda permanecer en silencio es una estrategia. Otra es evitar castigar a los empleados por escaparse de vez en cuando para dejar pasar la migraña en un lugar relajante. "Mis pacientes con migraña son empleados muy orgullosos", dice el Dr. Cooper. "Necesitan un poco más de capacidad y comprensión por parte de su empleador".