Por qué necesitamos una reforma de las armas
El 24 de mayo de 2022, un hombre armado entró en una escuela de Uvalde (Texas) y mató a 21 personas: 19 alumnos de cuarto curso y dos profesores. Unos días antes, un supremacista blanco se dirigió a una tienda de comestibles en Buffalo y mató a 10 personas negras que estaban comprando alimentos. La mayoría eran ancianos. En todo el país, la gente se tambalea tras estas y otras tragedias, y no han sido las primeras de este tipo. La nuestra es una nación que se enfrenta a la cruda realidad de la violencia armada, y existen opiniones divergentes sobre cómo afrontar esta realidad. Esta discusión ha dividido gravemente a nuestro país. La cuestión del control de armas -y de cuánto debe ejercerse- se ha convertido en un campo de minas político. Por un lado, está la creencia de que el derecho a poseer y utilizar armas es un derecho necesario y una parte integral de nuestras libertades como estadounidenses. En el otro lado está la opinión de que el control de armas es imperativo. Entonces, ¿qué hacemos?
Las creencias de que merecemos el derecho a portar armas y a defendernos, y la opinión de que las personas son el verdadero problema detrás de la violencia con armas de fuego son todos puntos válidos. Respeto estas creencias y a las personas que las sostienen. Sin embargo, creo firmemente que debemos dejar de dar prioridad a las armas y, en su lugar, proteger a las personas.
¿Significa esto que tenemos que abolir la 2ª Enmienda? ¿Es incluso limitar el uso de las armas una profanación de nuestros derechos? Bueno, hay que situarse en su contexto. Cuando se redactó esta enmienda en 1791, las armas de fuego eran parte integrante de la vida cotidiana. El recién formado país de América las necesitaba: para cazar para comer y defenderse de los animales salvajes. Pero ahora, en nuestra época de fuerzas armadas y tiendas de comestibles, las armas no son necesarias para la supervivencia. En su lugar, se usan por deporte. De hecho, menos del uno por ciento de los estadounidenses ha utilizado un arma en defensa propia (NPR), que según los partidarios de las armas de fuego es el objetivo principal de éstas. ¿Qué ocurre con nuestro "derecho a poseer y portar armas"? ¿Podemos regular este derecho y seguir respetando nuestra Constitución? Debemos tener en cuenta que todos tenemos derechos: el derecho a "la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad". Estos derechos se aplican a todos. Así que cuando el "derecho a poseer y portar armas" de un joven de dieciocho años anula el derecho a la vida de un niño de cuarto grado, se convierte en un asunto serio. Si, al promulgar el control de armas, estamos protegiendo los derechos de todos, no sólo de la NRA, no sólo de los propietarios de armas, sino de todos, seguimos respetando la Constitución.
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En primer lugar, tenemos que dejar de tratar el control de armas como una cuestión política. No lo es. Es una cuestión humana. En 2020, los incidentes relacionados con armas de fuego superaron a los accidentes automovilísticos y se convirtieron en la principal causa de muerte infantil. (NPR). Esto demuestra lo peligrosas que son realmente las armas, especialmente para las personas más vulnerables de nuestra nación, las personas sobre las que descansa nuestro futuro. Nuestros hijos no deberían heredar un mundo plagado de violencia armada. Sus vidas no deberían verse truncadas por tiroteos. Deberían poder ir a la escuela sin tener miedo. Pero parece que hacia allí nos dirigimos. Se han producido 246 tiroteos masivos - tiroteos con varios muertos o heridos - en lo que va de año (2022). (CNN) La violencia armada ha ido en aumento en Estados Unidos. ¿Cuánto tiempo tardaremos en elegir un curso de acción diferente al que ya hemos estado tomando? ¿Cuántas personas más morirán antes de que hagamos algo?
¿Qué podemos hacer? Podemos empezar por aplicar controles de antecedentes, que garanticen que las armas no caen en manos de delincuentes, personas con graves problemas de salud mental o personas conocidas por su comportamiento irresponsable con las armas. Según el Giffords Law Center, cuando las comprobaciones de antecedentes se exigen y se aplican correctamente, ayudan a mantener a salvo a la gente: "Desde que se adoptó el requisito federal de comprobación de antecedentes en 1994, se ha impedido comprar un arma o denegado un permiso a más de tres millones de personas a las que se les ha prohibido legalmente poseer un arma"."El artículo añade que, cuando las comprobaciones de antecedentes no se aplican adecuadamente, los compradores de armas pueden aprovecharse de una importante laguna legal: "Los vendedores sin licencia -personas que venden armas por Internet o en ferias de armas- pueden transferir armas de fuego sin que se realice ninguna comprobación de antecedentes". Alrededor del 80% de todas las compras de armas se realizan a través de un vendedor sin licencia que no está obligado a realizar una comprobación de antecedentes. Muchos tiradores no pasaron la comprobación de antecedentes en armerías con licencia, y entonces recurrieron a vendedores sin licencia. (GiffordsLaw). Se trata de una laguna que ha resultado mortal. El argumento en contra de las comprobaciones de antecedentes es que no detienen a los delincuentes. Según la estadística anterior, lo han hecho y siguen haciéndolo. Pero no detienen a los delincuentes que las compran a vendedores sin licencia. ¿Qué pasaría si todos los lugares donde se pudieran comprar armas exigieran una comprobación de antecedentes? Aunque esto no eliminaría por completo la violencia armada, probablemente la reduciría significativamente.
Otra cosa que podemos hacer para reducir la violencia armada es limitar la compra de ciertos tipos de armas; por ejemplo, el AR-15. Este rifle es de grado militar; no está diseñado para la defensa o la caza. Este rifle es de grado militar; no está diseñado para la defensa o la caza. El AR-15, como su versión militar, está diseñado para matar a la gente rápidamente y en grandes cantidades", dijo NPR. También es el arma que utilizó el pistolero de Uvalde. ¿Por qué el ciudadano medio necesita poseer este tipo de arma? Según NPR, "en 1994 el presidente Bill Clinton firmó una prohibición de las armas de asalto, que prohibía el AR-15 y otros rifles semiautomáticos. Sin embargo, esta prohibición expiró en 2004 y nunca se renovó. Desde entonces, los tiroteos han ido en aumento.
En otros países, sólo han hecho falta uno o dos tiroteos masivos para impulsar la reforma de las armas. Según ABC News, "los tiroteos masivos han... impulsado a Suiza, Nueva Zelanda,... Canadá y el Reino Unido, a promulgar rápidamente reformas en materia de armas. El artículo añade que en Estados Unidos, donde las armas son fácilmente accesibles, "la tasa de mortalidad por armas de fuego fue casi cuatro veces la de Suiza, cinco veces la de Canadá, más de diez veces la de Australia y treinta y cinco veces la del Reino Unido" (ABC News). Estas cifras no mienten. Un argumento habitual del bando pro-armas es que las reformas de las armas no funcionan. Pero estos países las han aplicado, y han funcionado y siguen funcionando. ¿Qué pasaría si siguiéramos su ejemplo y fuéramos el siguiente país en promulgar el control de armas?
Somos una nación en un punto de inflexión. Podemos promulgar reformas en materia de armas o seguir como hasta ahora. Pero, ¿y si hacemos un cambio? ¿Qué significaría para nuestro futuro? ¿Qué pasaría si los alumnos de cuarto grado pudieran ir a la escuela sin tener miedo, o si la gente pudiera comprar en su supermercado local sin preguntarse si serán un blanco? ¿Y si nuestros hijos pudieran heredar un país en el que cada día no hubiera noticias de otro tiroteo? ¿Podemos hacerlo? Puede ser tan sencillo como asegurarnos de que todos los que comercian con armas estén obligados a realizar comprobaciones de antecedentes, o abolir las armas que están literalmente diseñadas para provocar la muerte. Mediante la promulgación de estos cambios y, al igual que los países que nos han precedido, erradicando la violencia armada, podemos provocar un cambio positivo. Un cambio que contribuirá a hacer de nuestra nación un lugar seguro, para nosotros y para las generaciones venideras.
