"Todo, en todas partes, a la vez": Se necesita todo el multiverso para llegar a ti

"Todo, en todas partes, todo a la vez" es una emocionante película sobre el salto de universos de Evelyn para luchar contra el archienemigo que planea destruir el multiverso. Además de su emocionante trama, las fascinantes artes marciales chinas, los extravagantes diseños de moda y la divertida imaginación de los dedos de perrito caliente atraen a los espectadores. Sin embargo, bajo la ruidosa fachada se esconde el arduo viaje de una madre para llegar al corazón sellado de su hija.

La película consta de tres secciones bien diseñadas. En la primera parte ("Todo"), la vida va restringiendo a Evelyn cada vez más, y la aprieta en el espacio asfixiante de una lavandería sobrecargada. Todo en su mundo la presiona y le succiona la última lucha por la resiliencia. Las frecuentes averías de las lavadoras, las quejas de los clientes y, lo que es peor, el desastre de su auditoría fiscal, están llevando su negocio al borde del colapso. Además, la intención de su marido de divorciarse es otro terremoto emocional para ella. A todo esto se suma su irreconciliable relación con su hija, Joy, que se metamorfosea en archienemigo omnipotente y arrasa con infinitos multiversos.

Si todo en el mundo de Evelyn se comprime en la bola más pequeña en la primera parte, entonces la bola se expande infinitamente en el multiverso en la segunda sección. Cada fracaso de Evelyn se ramifica en otra versión exitosa de sí misma en realidades paralelas. En el multiverso, se convierte en una célebre estrella de cine, una renombrada cantante de ópera y una consumada maestra de las artes marciales, por nombrar sólo algunas de las identidades que asume. Estos cambios de personalidad le permiten ver el mundo desde múltiples perspectivas. Evelyn se convierte en la persona que su hija ha estado buscando: "Alguien que pueda ver lo que yo veo, sentir lo que yo siento". Joy no es buena en nada, y se ve completamente ahogada por la frustración y la desesperación.

Al comprender a su hija, Evelyn llega a comprenderse a sí misma. Ahora se ve a sí misma objetivamente a través de la lente de su marido: "He visto miles de Evelyns, pero nunca una Evelyn como tú, tienes tantas metas que nunca has terminado, sueños que nunca has seguido. La madre y la hija son sorprendentemente similares: ambas son auténticas perdedoras y completas fracasadas. La única diferencia es que Joy, la hija, ve la situación con sobriedad y se siente derrotada y descorazonada. Evelyn está ocupada en mantener la lavandería en funcionamiento, y se vuelve insensible a su marido, que pide el divorcio, y a su hija, que se amarga con el mundo.

Evelyn ha viajado por múltiples universos para llegar a su hija y a ella misma.

El director de la película logra el clímax de una manera completamente única. En un universo paralelo, la madre y la hija se convierten en piedras. Dos grandes piedras están sentadas en silencio en un vasto paisaje. Sin lenguaje, sin gestos, sin expresiones faciales. Sólo están juntas.

En el silencio, tienen la comunicación más profunda.

Si "Todo" ha comprimido el mundo de Evelyn en un espacio minúsculo, "En todas partes" ha ampliado su mundo en multiversos infinitos. Si las dos primeras partes se emparejan para perfilar el espacio desde dos perspectivas polarizadas, la sección final, "Todo a la vez", pone de relieve la dimensión temporal del relato. Tras las vicisitudes en el multiverso, Evelyn cambia su actitud hacia el matrimonio lésbico de Joy y, de golpe, los miembros de la familia se vuelven solidarios.

"Si cambias de opinión, todo tu mundo también cambia".

Sin embargo, para cambiar de opinión, hay que ver el mundo en primer lugar.

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