Emociones liminares
El libro más reciente que he leído es La casa de hojas. Este libro es una de las cosas más singulares que he leído. Un resumen básico sería que nuestro protagonista una noche recibe una llamada de un amigo diciendo que su vecino Zampanó ha muerto y está regalando sus cosas. De entre los restos de un apartamento consigue un diario de Zampanó que contiene reseñas muy detalladas del documental, el disco Navidson, que nunca existió. Al igual que el documental sobre una casa que crece sin cesar y se convierte en un laberinto, lo mismo ocurre con la vida del narrador. El autor utiliza diferentes estilos de escritura para cambiar las perspectivas, desde Zampanó, el crítico pretencioso, hasta nuestro narrador, un drogadicto y aficionado a los clubes. Cuanto más te adentras en este libro, más te adentras en el laberinto del documental aprendiendo sobre personas que nunca existieron y su historia de amor y familia perdidos. El uso de fuentes reales pero citas falsas añade este aspecto real como si estuvieras en la piel del narrador cayendo en espiral junto a ellos. Este libro puede ser decisivo, ya que el autor, Danielewski, se inclina realmente por este estilo pretencioso de Zampanó, llegando incluso a escribir sobre complejas ecuaciones acústicas y de física cuántica para explicar esta casa en constante crecimiento, lo que me sacó del libro un par de veces. Creo que ha acertado de lleno con las elecciones estilísticas para convertir el libro en un laberinto.
grandes espacios
para transmitir la profundidad de la casa e incluso torciendo las palabras en espiral para transmitir la sensación de perderse dentro de la casa.
Amor feo: Una montaña rusa de emociones
Cómo Shakespeare transmite las emociones en Hamlet
Pero además de las diversas maneras en que juega con el espacio, la forma y la dirección de las palabras, también consigue contar dos historias convincentes dentro del libro. La de David, que reaviva el amor de su matrimonio, y la de su hermano, que se reconcilia con él. Danielewski utiliza muy bien el entorno para exagerar estas emociones: las paredes frías y sin vida describen el matrimonio de David y te hacen sentir realmente mal por su mujer. También cuenta la historia del narrador, un tipo con mala suerte que se pierde intentando terminar la obra de Zampanós y entra en una espiral descendente y corre la misma suerte que el autor anterior. Acabas sintiendo lástima por el narrador, que se droga para evitar sus problemas mentales y que este libro le está destrozando, pero no le queda nada más que el libro. Los capítulos en los que no cambia son realmente impactantes. Todo esto para relatar que David Navidson es el narrador, no son las mismas personas pero aunque viven vidas completamente diferentes esta casa saca la misma soledad y falta de voluntad para cambiar y no salen hasta que es demasiado tarde. Este libro es una fuerte recomendación de mí con sus personajes convincentes y metáforas para el libro en sí es como un laberinto que realmente te absorbe en toda esta historia.