¿Muchos o uno?

¿Muchos o uno?

Imagina que eres un guerrero elegido que parte hacia una aventura llena de monstruos y dificultades. Te encuentras en el almacén de armas, ante dos opciones: ¿llevas una espada afilada y cortante, o 100 espadas romas pasables? Por mucho que suene a novela fantástica de Tolkien, nos hemos enfrentado -o nos enfrentaríamos- a la misma decisión el primer día de clase. Miramos sin comprender el formulario de elección de asignaturas -la armería-, las asignaturas -las espadas-, la única preparación antes de embarcarnos en la ardua aventura de la vida. Surge el mismo dilema. Simplemente, hay demasiadas opciones entre las que elegir. ¿Debemos coger tantas armas y municiones como sea posible? ¿O debemos centrarnos en afilar una en particular?

Por un lado, la elección de una amplia gama de temas - o municiones - definitivamente tiene una ventaja. Una variedad de armas prepara a uno para muchas dificultades, y aprovechar muchas oportunidades. Una espada larga puede ser eficaz contra un oso, pero una daga es mejor cuando se trata de cazar liebres. Del mismo modo, no sirve de nada intentar aplicar los conocimientos en moléculas biológicas a la bolsa. Tampoco es práctico escribir un ensayo discursivo para resolver un problema de matemáticas. Elegir una materia permite ejercer muchas facultades y aplicarla a muchas circunstancias de la vida. ¿Calcular el impuesto sobre las ventas? Las clases de matemáticas te tienen cubierto. ¿Deseando perder peso? Gracias a la biología por dar ideas sobre una dieta sana. ¿Quieres convencer a alguien? Utiliza ese clásico ensayo de estilo argumentativo que aprendiste la semana pasada. Estudiar a lo ancho hace que uno esté más preparado, listo y a punto. De hecho, cuanto antes haga el estudiante esta elección, mejor, ya que le permite explorar realmente su campo de interés. Algunos estudiantes pueden memorizar cientos de acontecimientos históricos, pero no saben calcular aritmética básica. ¿Cómo podrían darse cuenta de sus puntos fuertes y sus carencias? Por supuesto, experimentando activamente distintas materias. Además, el futuro de las asignaturas es volátil. Toda una disciplina puede derrumbarse con una base falsa. La alquimia en el siglo XVIII, por ejemplo. Derrotada por la química, nunca concedió a los alquimistas otras salidas. Pero si un alquimista hubiera estudiado otras materias, habría podido cambiar fácilmente de rumbo y escapar a la caída de su disciplina principal.

Pero cuando se examina más de cerca, parece brillar la superioridad de las asignaturas especializadas. Aunque es cierto que una variedad de asignaturas puede tener muchas utilidades, éstas sólo se refieren a las cotidianas y rutinarias, como calcular impuestos o examinar el tiempo. Éstas no ayudan a ganarse la vida. Los empresarios no buscan gente que se limite a chapotear. No. Quieren gente que se sumerja de verdad. Como cualquiera puede aprender los fundamentos de las asignaturas, no hay que demostrar habilidad real. Pero una dedicación en un campo concreto demuestra tu interés, tus agallas y tus especialidades. Tenemos 7.000 millones de habitantes en esta Tierra, y nuestras sociedades dejarían de funcionar sin personas que se dedicasen a trabajos concretos en un campo determinado. Tomemos a los profesores, por ejemplo. ¿Confiaría en la profesionalidad del profesor si se le asignara la enseñanza universitaria de inglés, física, informática y sociología? Afilamos nuestras espadas porque es lo que querían los empleadores, lo que nos da para vivir y lo que exige la sociedad. Muchas veces, las opciones que se nos dan no son las mejores. Sólo muy pocas personas pueden declarar con seguridad que les gusta una asignatura concreta: la física no es tan divertida como la Phys ed, y la informática ni siquiera es comparable a los juegos de ordenador. Mucha gente elige asignaturas al azar al entrar en A Levels, y escoge "la mejor del grupo malo" para sus carreras universitarias. Curiosamente, así es como empieza el amor por una asignatura. A medida que se aprende más y se consiguen más logros en una disciplina, la autoestima y la confianza en uno mismo se van acumulando a partir de los logros, lo que gradualmente se traduce en cariño hacia la asignatura. Por lo tanto, para la mayoría de la gente, no es experimentando una amplia gama de temas que encuentra sus intereses. Es asentarse en una.

A primera vista, podría parecer que estudiar un amplio abanico de materias es mejor que centrarse en una sola. Es innegable que el conocimiento de varias materias es útil para una serie de problemas de la vida real y puede ayudar a descubrir los propios intereses. Sin embargo, lo que nuestra sociedad necesita es un enfoque profundo y un gran rendimiento en una materia. Sin ella, sería difícil ganarse la vida. Además, el amor por una asignatura es gradual y se adquiere con el tiempo que se le dedica. Así que no lo dudes ahora. Coge esa afilada espada de la armería y comienza tu épica aventura.

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